Frases

La vida de un humano pasa en un abrir y cerrar de ojos. Tan rápidamente que da miedo.

Haga lo que haga un humano, será inútil.

La vida de los humanos es tan breve... Creo que ya entiendo porque todos dijeron que soy un tonto. Me gustan los humanos. Por eso no volveré a dejarme caer por sus moradas.

- Obito: ¿Existe algo así... en este infierno oscuro?
- Kakashi: Podrías verlo si quisieras. Porque tenemos los mismos ojos. Cuando reúnes compañeros que creen en ti, puedes acabar viendo la esperanza. Eso es lo que creo... Obito.

¡¿Por qué... no me mataste esa vez?! Esa noche estabas llorando... ¡¿Fue eso una mentira?!

He destrozado muchos ghouls hasta ahora. Así que sé muy bien cuánto toma... romperlos.

La fuerza nace del corazón de las personas.

Cuando tienes compañeros, la fuerza del corazón se multiplica por cien o por mil.

Solo tengo una oportunidad para tener mi vida, y esta justo aquí. Esta es la única que tengo. Esta es mi vida, no se la puedo dar a nadie más. No puede ser robada. No puede ser forzada por nadie, ni olvidada, ni hacerla desaparecer, ni pisoteada, ni reírse de ella, ni maquillarla.

Si desaparezco ahora... ¿puedo volver a empezar? ¿Podría ser capaz de aceptar una felicidad tan obvia? Si cambio mis recuerdos de mi personalidad, seguramente podría. ¿Pero eso significa nacer otra vez? Sería como los demás.

Esto es muy gratificante. Es demasiado resplandeciente para mí. Así es como todos pasan su tiempo... Debe ser genial. Que envidia.

Aún no sabes porqué estás viva, ni porqué naciste. Cuando lo descubras, podrás sentir la desesperación desde el fondo de tu corazón.

Una espada desenvainada en la noche, nunca más se puede envainar.

La fuerza de los hechizos se basa en la experiencia.

La luz no es sino un regalo desde la oscuridad de aquellos que van a la muerte.

Todo el tiempo en cualquier parte, mucha gente está muriendo. Ella solo es una más, ¿no?

Las personas mueren muy fácilmente, ¿no?

Si se libran de pensamientos mundanos, el calor los refrescará.

El esfuerzo no le falla a nadie.

Una noche, vi a mis padres llorando en la sala de espera y yo sabía que mi tiempo se estaba acabando. Fue entonces cuando me escapé.