@Bakemono

En el día más caluroso de verano, mi vida con un gato comenzó. Las mañanas usuales. El atardecer que vi. El preciado tiempo que pasamos juntos.
El mundo sigue su curso cumpliendo una pequeña y gentil promesa. Por eso, aunque quede herida, aunque quede quieta, podré siempre salir adelante.

En un lugar lejano y desconocido, la buscaba a ella. Lo hacía porque ella también me buscaba. Huele a ella. Detrás de la puerta pesada de hierro...

Era al principio de primavera, y ese día estaba lloviendo. Bajo una tierna lluvia, estuve pensando en el largo viaje que nunca había logrado recordar. Al final del interminable viaje, llegué aquí. Aunque había olvidado muchas cosas, recordaba algo vagamente. Su olor. El eje terrestre giraba sigilosamente. Ella y yo perdíamos calor día a día en silencio. Nuestro calor y aliento circularon como hacen las estrellas y regresaron aquí para volver a vernos. Ese día ella me recogió. Por lo tanto, soy su gato.

Me fascinaba este sonido. Un sonido rítmico y fuerte. La bomba que impulsa el mundo extiende su poder por todas partes. El apartamento donde vivíamos ella y yo.

Se ríen como en aquél entonces. Estarán bien.

El tiempo solar se hacía corto y el tremendo frío cubría el mundo. Ella estaba herida y continuaba durmiendo como una gata enorme.

Las sombras parecen más largas. Ha llegado la temporada en la que cuento con mi pelaje. Duermo más tiempo y más profundamente que antes.

Su dolor y sufrimiento tocaron mi corazón. Sé que se esfuerza más que nadie.
Quiero servirle de ayuda, pero ya no la alcanzo.

El aroma de una ciudad lejana y desconocida se esparce. Ahora recuerdo que al principio aquí también tenía un aroma desconocido.

En medio de la oscuridad calentita, la espero todo el tiempo cubierto en su aroma.

No podemos recordar todo lo que sucede. Sólo podemos memorizar lo más
importante. De lejos, las cosas se ven borrosas, y de cerca, claramente. Sucede lo mismo con los recuerdos. Recuerdo vagamente el pasado, y vívidamente lo que acaba de ocurrir, o eso creía.

No recuerdo dónde estaba ni qué hacía antes de convertirme en su gato. Pero recuerdo a mamá. Ella era amable, cariñosa y me daba todo lo que quería. Era la conexión entre el mundo y yo, que era pequeño y débil.

Qué bien. Parece que ahora está un poco más animada.

No entiendo el idioma que habla, pero entiendo muy bien en qué piensa.

El aire del exterior es maravilloso. Que bonito. Ella quería que viera esto.

Ella es joven y tiene un pelo precioso. Pero siente un gran vacío en su corazón.
No tengo ni idea de cómo se puede llenar.

La conocí un día con una puesta de sol preciosa... Así me convertí en su gato.

No entiendo el idioma que habla, pero estoy seguro de que en momentos así pensamos en lo mismo.