Y sin un Dios en el que creer, la humanidad volvió a resurgir de sus cenizas, soportando al mayor enemigo posible; la radiación nuclear. Mas esta no es si no otra página en el gran libro de la historia de la ambición humana por alcanzar su autodestrucción, pues asi como el hombre, la guerra... no cambia nunca.
En esta ciudad nadie puede esconderse de mí, nadie. Yo no fui siempre así, pero cruzaron una línea y haré que lo paguen caro. Controlaré la ciudad y la volveré contra ellos.
La sed de venganza de Plegia... La ira descontrolada de nuestro pueblo... Los dos bandos hicieron a mi hermana responsable de todo. Sus propios súbditos empezaron a insultarla... e incluso a lanzarle piedras. Una de ellas le dejó una cicatriz que todavía es visible... Pero nunca mostraba su dolor a nadie. Solo lo veíamos Lissa y yo. Estratega: Tuvo que ser horrible... Chrom: No sé cómo es capaz de hacer todo eso, Estratega. Para mí sería imposible poner la otra mejilla, como hace ella. A pesar de que nuestro pueblo la denigraba sin piedad, ella curó sus heridas. Trajo a los soldados de vuelta con sus familias. Puso fin a la guerra. Y cuando la moral de Ylisse se recuperó y ellos la "perdonaron"... mi hermana nunca les guardó rencor. Simboliza lo mejor de este Sacro Reino, lo que debemos proteger con más ahínco. Ella es la paz. Pero los hombres como el rey Gangrel solo quieren aprovecharse de eso. Él solo entenderá lo que es la paz el día que la encuentre a través de la muerte.
Chrom: Mi padre, el anterior Venerable, le declaró la guerra a Plegia. Duró muchos años... Fue un conflicto salvaje que solo acabó cuando él murió, hace quince años. Plegia recuerda su sufrimiento con razón. Pero la guerra tampoco fue fácil aquí. Nuestras fuerzas se reducían con cada nueva batalla. Llamaban a filas a granjeros que solo sabían usar el bieldo y los enviaban a la muerte. Al poco tiempo se acabó la comida y el país entero empezó a desmoronarse. Yo era muy pequeño, pero recuerdo bien esos días... y cómo afectaron a Emmeryn. Estratega: Una experiencia así debe de cambiar a cualquiera. Chrom: Así es. ¡Y nuestro padre le dejó un legado horrible cuando ella apenas tenía diez años!
Helena: No puedo creerlo. Leon: Pues acostúmbrate, es o ellos o nosotros, y no dudes. Helena: Es peor que una pesadilla.
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Leah: Es increíble, me recuerda a cuando buscaba artefactos con el tío Deckard. Canalla: Es una suerte que hayas madurado. Leah: Sí, ya que tú no lo has hecho.
Leah: Antes me gustaba viajar y ver mundo. Cazadora de demonios: Pero ahora lo cubre una sombra. Leah: Sí, ya no es lo que era.
Cazadora de demonios: No paras de hablar de mujeres, ¿cuántas has dejado atrás? Canalla: Suficientes para saber que quiero más.
Fue aquí donde naciste, y aquí morirás, porque nadie entrará jamás en el Refugio 101, ni tampoco saldrá...
El apocalipsis no fue mas que un prólogo de otro capítulo sangriento en la historia de la humanidad, porque el hombre logro destruir el mundo, pero la guerra... no cambia nunca.
La guerra, la guerra no cambia nunca. Desde los albores de la humanidad, cuando nuestros antepasados descubrieron que podían matar con rocas y huesos, se ha derramado sangre en nombre de Dios, de la justicia, o simplemente de la rabia psicótica.