Mataste impulsado por el miedo, para poder sobrevivir. No eres más que un cobarde que jamás se detuvo a pensaren las implicaciones de sus actos e intentaste olvidarlo todo.
Bien... Un día lo entenderán. Las lagrimas están vacías. ¿Están tristes porque alguien va a morir? ¿Tienen tristeza de ver asesinada a una persona? La respuesta está en lo profundo de sus corazones... ¡Mis pequeños mocosos! ¡Vivan! ¡En el futuro!
¡Claro que eres tú! ¡Por supuesto que son tus sentimientos! ¡Nuestros sentimientos de salvar a nuestros amigos tienen que ser realmente nuestros!
- Castiel: No te quedes sola con ese estúpido, eso es todo. - Sucrette: Te recuerdo que yo me quedo con quien quiero. - Castiel: ¡Con quien quieras menos con ese estúpido!
Mostrar frase (contiene spoilers) Shakugan no Shana III (Final) Cuando supe que me necesitabas, estuve feliz; y esa felicidad me dijo que en verdad vivo por tu bien.
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El rencor nace cuando te implantan odio. La impotencia le sigue cuando te das cuenta de ello. El remordimiento de no haber podido a proteger a quien amabas. ¡No lo entenderían!
Aunque nos invadan seres superiores a nosotros... lucharé hasta el final... porqué si tienes dignidad, confianza y fuerza de voluntad, ten por seguro que eres mejor que cualquier máquina o robot.
El universo está repleto de desperdicios. Los desperdicios más particulares de todos son las emociones que tienen los seres vivientes como el "amor" y el "efecto".
Cuando una persona tiene algo importante que proteger, es cuando puede volverse verdaderamente fuerte.
Las rosas mueren en invierno, pero renacen en primavera. El hombre muere, pero renace eternamente en el corazón de quien lo ama.
Siempre maldije mi vida. Tenía una ira, unas preocupaciones, y un odio incontrolable. Pero cuando me paré y miré el cielo, me di cuenta de lo pequeña que era. Vi que allí se extendía un mundo infinito. Los rayos que caen e iluminan a alguien tan pequeño como yo. Es como si se fueran a purificar mis pecados bajo la apacible luz de la llovizna. Por primera vez, me alegré de haber nacido. Por fin pude perdonarme a mí misma.