Recibí una carta... En el sobre decía: "Mary". El nombre de mi esposa... Es ridículo, no puede ser verdad... es lo que sigo diciéndome, una persona muerta no puede escribir una carta. Mary murió por esa maldita enfermedad hace 3 años, entonces, ¿por qué la estoy buscando?
¿Qué es lo que el hombre ama más que a la vida, lo que teme más que a la muerte o a la contienda mortal, lo que los pobres tienen y los ricos compran, lo que todos los hombres satisfechos desean, lo que los tacaños gastan y los derrochadores ahorran y cada hombre se lleva a la tumba?
El hombre que lo inventó, no lo quiere. El hombre que lo compró, no lo utiliza. El hombre que lo utilizó, no lo sabe.
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No puedo pedirte que me recuerdes, pero no soporto la idea de que me olvides. Estos últimos años desde que me enfermé... lamento tanto lo que te hice, a ti y a los dos... Tú me has dado tanto, y yo he sido incapaz de devolverte nada. Por eso quiero que ahora vivas tu vida. Haz lo que sea mejor para ti, James. James... Me hiciste muy feliz.
En esos momentos donde finalmente envuelvo mis manos en algo así, tengo muchas ganas. La euforia es instantánea y orgásmica. Sentimientos como la superioridad y omnipotencia se precipitan en oleadas desde lo más profundo de mi ser. Nada se siente mejor que tener el poder para obtener lo que deseo.
Me gustan las muñecas, pero también me gusta las tijeras. Desde el corte de sonido que hace, la sensación que consigo en mis manos, me encanta todo. Cuando me corto el pelo, me divierto tanto, hasta me olvido de comer a veces.
Llamar "el más fuerte" a ese estúpido dragón estaría lejos de la realidad. Y así, es cómo conocí a Michale
En ese momento, yo era una fugitiva tratando de huir al país del océano, al mismo tiempo, estaba rastreando las encarnaciones de la flor. No importa donde estaban, tuve que perseguir a mis hermanas, las abominaciones de la flor y matarlas, hasta la última de ellas.
Con la sensación verdadera y constante, como una flecha verdadera de abajo, ¡me nombran Michael! Si te gusta una batalla tanto como parece, déjame... er... ¡voy a participar en este buen juego!