En nuestros cuerpos tenemos el poder de un yoma, el cual controlamos con nuestras mentes humanas para así preservar nuestra identidad.
Eso se ve bastante mal. No te olvides, que aunque las heridas sanarán, si te golpean en un punto vital morirás igual que un yoma.
Ella es mitad monstruo, una bruja de ojos plateados. Una Claymore. Me pregunto que piensa acerca de los monstruos y los humanos.
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Es suficiente con solo verte comer. Tengo un poco de envidia la verdad. Pero supongo que eso es lo que significa ser humano.
No pienses mal. No dejé caer la espada por ti. Solo lo hice para atrapar al yoma. Si hubiera ido por él, te hubiera matado y hubiese escapado. Entonces solté la espada para atraerlo.
-¿Estás solo? -¿Eh? Uh... Sí. Eres... ¿Eres la que me salvo? -¿Hmm? Oh, eso. No tienes que agradecerme. -Pero... ¿Por qué? Ni siquiera me conoces. ¿Por qué me pagaste por la estancia y la comida? -Sólo quería ayudar. Las Claymores somos nobles de corazón. -¿Huh? -Pero hay algo más... Me empezaste a gustar. Quiero hacerte mío. -¡No eres una Claymore! ¡Las Claymores nunca se llamarían ellas mismas por su nombre! -¿Oh? ¿En serio? No lo sabía. Tendré que recordar eso. -¡Ugh! -Eres muy listo. Pero me seguiste hasta aquí, justo como lo planeé.
-Rubel, eres tú. ¿Tienes el dinero? -Nuevas órdenes. Hay un trabajo en Strah, una villa al oeste de aquí... ¿Cómo estás? -Igual que siempre, buscando y matando monstruos. Es al menos dos días caminando. -Calla. ¿Y?
- Hiromi: ¡Hey, Bouya! ¿Qué demonios eres? - Bouya: Soy lo mismo que tú, un chico que odia estudiar y que fue expulsado de un sitio tras otro, hasta acabar aquí. Pero, existe una diferencia. ¡Yo no me he alejado del camino correcto, ni soy un rebelde! ¡Tampoco soy un delincuente o un villano! ¡Aún que difícilmente podría decirse que soy un aliado de la justicia! ¡Y si tienen alguna queja, no duden en decírmelo! ¡Que me encargaré de patear su trasero de nuevo!