Colección - Kuroshitsuji

Te lo ordenó. Nunca me traiciones y mantente a mi lado... ¡Hasta el final!

Si algún día voy a morir, es mejor no dejar nada que lamentar

La justicia es algo que la gente con poder creó para su propio beneficio.

Por más que logre vengarme, los muertos no volverán a la vida. Tampoco se alegrarían.

Este anillo vio incontables veces la muerte de su amo. Mi abuelo, padre y seguramente me despedirá a mi también. Este anillo a escuchado incontables veces los gritos de agonía de su amo. Cuando cierro los ojos los escucho...
esos gritos... Pensé que si me deshacía del anillo ya no los escucharía. Que tontería.

Cuando alguien acaba así, ya no vuelve a ser el de antes (...) En aquel entonces pude llamarte antes de romperme completamente. Por eso, pude conseguir la fuerza para levantarme.

Es cierto, soy arrogante, pero no tanto como para pensar que puedo salvar a alguien.

Paso. Es mi política el no tirar a una bola si el tiro no vale la pena.

No lo sé. Los mezquinos sentimientos que surgen de esa clase de asuntos, no los entiendo y no quiero entenderlos. En este mundo hay cosas que no puedes traer de regreso. Sin importar qué tan duro luches. Y también hay desesperación que no puedes apartar. Quizás nunca lo entenderás.

El que esta jugando el juego soy yo. Es suficiente con que posea a las piezas del juego.

Correré. Por cualquier propósito que sea, voy a correr. Por el bien del alma que este tipo tanto desea, y así recibir mi final.

Pero yo, usando una máscara manchada desde que nací... este es mi deber.

- Aquellos que me han lastimado y han pisoteado mi orgullo en esta tierra, los arrastraré a la luz del día para que el mundo los vea. Sin importar cómo.
- ¿Que pasaría si ya están muertos?
- Creo que es obvio. Voy a desenterrar la verdad y romperé su carne podrida. Simplemente eso.
- Igual que siempre, mi amo.

Un alma valiosa... Un alma deliciosa... Si las almas tienen diferentes sabores... El alma que los demonios debemos buscar... Ciel Phantomhive.

Ya veo. Asumir la situación con exactitud, ¿no? Es la decisión correcta como un mayordomo.

- Ya lo sabía, ¿no? Todos los juegos necesitan emoción. Pensaba que, como le gustaban tanto los juegos, opinaría lo mismo, señorito.
- Es un juego de tan mal gusto que me dan ganas de vomitar, demonio.
- Me halaga.

Nadie nos ayuda. Dios no existe. Los mataré... Los mataré... Los mataré... Los mataré...

No me divierte sentarme en la misma mesa que una basura peor que un animal.

No sé a quien le servía antes y qué es lo que hacía, no era necesidad y daba igual. En ese entonces me daba igual, solo necesitaba una persona que me sea fiel y cumpla mis deseos...