Fue al comienzo del segundo cuatrimestre que me di cuenta de ella. Me entere por su tarjeta. que se llamaba. Katsura Kotonoha. Entre otros datos menores. Le gustan los libros y siempre lleva uno si no lo termina. Que viniera a leer a la biblioteca. Era lo único que teníamos en común pero... Desde el día que me decidí a acercarme a ella... Mis días se volvieron complicados...
En la escuela, los tres se conocieron. Su relación había cambiado en la temporada y se convirtió en tres historias de amor.
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Lo único que sé de ella es que ella está en la clase de al lado, parece que le gustan los libros y siempre los está leyendo en el camino a casa. Incluso aunque fuera solo un pequeño descubrimiento que viajamos en el mismo tren todos los días, fue a partir de entonces que comencé a interesarme en ella. Dicho esto, no es como si la investigara o tratara de hablar con ella. Es solo que ella, Katsura Kotonoha, solo pudiendo mirarla desde la distancia, haría que mi día fuera un poco mejor.
Después de la lluvia repentina, las nubes comienzan a desaparecer y el cielo a ponerse más azul. Te extraño cada vez más.
— Tú… Realmente eres muy extraño. — Lo sé… — Eres raro, pero no te odio por eso. — Me hubiese gustado haberle dicho eso al 'yo' de hace 10 años.
Ya veo, creo que sólo necesito a alguien para que me diga “no te preocupes” cuando me sienta deprimida.