Ya estoy satisfecho y tu gran orgullo está hecho pedazos... Todo esto sucedió porqué apareció alguien más fuerte de lo que tú imaginabas, y lo peor es que... Se trata de un saiyajin.
En una aldea, vivía un chico hace 180 años. Era un chico de gran inteligencia, pero tenía una debilidad, y a medida que creció hasta convertirse en un hombre, se hizo más claro para todos: El muchacho se burlaba de todas las cosas a su alrededor con el fin de glorificar su propio intelecto. Fingía escuchar cuidadosamente a todas las cosas que la escuela y los adultos de la aldea le enseñaban, pero las lecciones importantes nunca alcanzaron su corazón. El orgullo planta las semillas del mal karma. La soledad era su única amiga y confidente. La soledad trae consigo que las semillas del mal karma den fruto. Su mal karma creció desenfrenado como enredaderas, regadas por sus pensamientos, y, sin saberlo, el karma del chico entró en una espiral fuera de control y eventualmente perdió su humanidad. Se transformó en el Demonio del karma. El Demonio del karma se dio cuenta por fin de que su existencia era lo peor de este mundo. Que no debía estar en el mundo. Ahora que él lo sabía, introdujo silenciosamente su cuerpo dentro de un lago.
Las noches de los demonios son largas. Para que nadie destruya su presa frágil y débil, deben estar alerta constantemente. Hasta que se cumpla el deseo estúpido del amo, para conseguir un alma rebosante de desesperación, lo dan todo. Esa es la estética de un demonio.
¿Por qué crees que nadie sabe qué castigos usa el perro guardián de la Reina? Será... Porque los muertos no cuentan cuentos.
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Lo siento, estoy para el arrastre. Deja que te cuente algo que me enseñaron hace tiempo. Da igual cómo salgas de un combate, cualquier cosa es mejor que la muerte.
Todos tienen miedo de los ojos que pueden ver tu alma. Pero sé a quién pertenecen esos ojos... a una niña perdida que fue abandonada. Entonces decidí una cosa... Decidí... proteger a Aya. A cualquier precio.