Frases

Para juzgar a una diosa sentada en su trono se necesita diez veces más valentía que para cazarla

Un buen soldado nunca admite la derrota, aun cuando esta nos mire de frente.

La amistad es más valiosa que el oro, o eso es lo que dicen.

Sagradas criaturas, transfórmenme en su humilde sirviente, muéstrenme el camino hacia el entendimiento mientras transforman mi carne y liberan mi alma.

Son mas que nosotros, si no nos matan tendremos la necesidad de suicidarnos.

Cualquier monstruo que se interponga en nuestro camino, disparen primero y pregunten después, ¿entendido?

La gente es razonable cuando no se enfrenta a la violencia o amenazas de arresto.

El tiempo pasa... la gente se mueve... al igual que el flujo del río, nunca termina... la mente infantil a su vez, a la invasión noble... el amor joven se convertirá en un profundo efecto... la superficie de agua clara refleja el crecimiento. Pasado, presente y futuro... la espada maestra es un barco con el que se puede navegar aguas arriba y aguas abajo por el río del tiempo, y su puerto, y donde descansa, es el templo del tiempo

Ya encontrarán mis pies su ansiado caminar, que no hagan callo vuestros oficios ni en el alma ni en el cuerpo.

Recorremos sendas extrañas bajo el mismo cielo. Sin más oficio y sin otro nombre.

Existe peor castigo que aquel por el cual no sabemos el motivo?

No toméis como ofensa el no miraros al rostro, pues siempre estamos inclinados para no desviar nuestros ojos del camino.

El universo aún tiene muchos horrores que arrojarnos. Este no es el final de nuestra lucha. Este es solo el comienzo de nuestra cruzada para salvar a la Humanidad. ¡San fieles! ¡Sean fuertes! ¡Estén atentos!.

Sea lo que sea que crees que te compele a actuar de cierta manera, quizá seas más capaz de resistirte de lo que crees. Todo el mundo tiene pensamientos inapropiados. La capacidad de silenciarlos es lo que nos diferencia de las bestias.

No importa si el cielo o la tierra están muy oscuros, mientras tu corazón siga brillando como el sol, mientras siga desprendiendo luz cálida y dorada, siempre habrá esperanza.

Las estrellas se elevan sobre el desierto,
los ruiseñores ya sienten el cansancio de un día interminable.
Es hora de quitarse la corona de rosas,
de lavarse el polvo de este mundo con el vino de las uvas.
Duerman ya.
El Letargo Dorado llama a la arena errante.
Aquí no necesitan beber de esa amarga agua salada.
Aquí las penas del mañana desaparecen.