La única hora en que uno puede sentir el lamento de aquellos que abandonaron nuestro mundo, pero aún siguen apegados a él. Por eso la hora del crepúsculo siempre trae consigo esta pena.
Esta noche llegará un guerrero. Un guerrero de armadura brillante con la muerte de compañera. ¡Viene a por vosotras, criaturas de la noche!
Pocos continuarían: la mayoría habría abandonado la misión, pero algo en lo más hondo le impulsaba a continuar. ¡Una fuerza oscura que todas las criaturas de la noche temerán a partir de ahora!
Libertad, para quienes no la tienen, es más valiosa que el oro. Pero donde empieza y donde acaba. Los humanos nos creemos con derecho a expandir, absorber, convertir lo que haga falta para alcanzar nuestros sueños. Pero no ha sido esto motivo de numerosos conflictos con otros que básicamente querían lo mismo. Cuando pienso en los conflictos que afronte y el modo enrique solía resolverlos, me doy cuenta de que la moralidad puede salvarnos.
Albert Einstein dijo: "que el progreso tecnológico es como un hacha en manos de un criminal patológico". Me ha costado, pero ahora entiendo sus palabras. ¿Cuántas veces hemos perseguido el ideal del progreso para acabar pervirtiendolo? Las máquinas que construimos sombras propensas a destruir millones de vidas que a mejorarlas. Y ahora pretendemos fijar esos ideales en nosotros mismos para mejorar nuestra esencia. La experiencia me ha demostrado lo peligroso que es. La tecnología nos ofrece fuerza, la fuerza da supremacía, y la supremacía lleva al abuso del poder. Utilizar la tecnología para mejorarnos puede arrebatar nuestra capacidad para amar, aspira o tomar decisiones morales. Y eso es lo que nos hace humanos.
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- Castiel: No te quedes sola con ese estúpido, eso es todo. - Sucrette: Te recuerdo que yo me quedo con quien quiero. - Castiel: ¡Con quien quieras menos con ese estúpido!
Tú, que no temes a los muertos, aprende bien la canción que está grabada detrás de mí. Y si alguna vez encuentras a mi hermano, me gustaría que le informaras de que... los cientos de años de gotas de lluvia invocadas por mi canción son mis lágrimas. ¡El trueno que golpea la tierra es mi furia!