El piano está bien. Siento los dedos ligeros. Hoy estoy en forma. Seguro que es porque las tortas que comí para desayunar estaban buenas. Y porque el vestido me queda fenomenal. Y porque pude peinarme bien. Seguro que es eso. No, no es eso. No eres una niña, así que no te excuses ante ti misma. Él está aquí. Después de dos años, está justo al lado... Era más alto y más adulto, pero lo reconocí enseguida. Desde entonces, estoy de buen humor. Está justo ahí, mirándome.
Es cierto que Emi cambia fácilmente de humor. Como en un mar tormentoso, sus sentimientos se levantan inestables, como olas. Así que no me extrañaría que hoy llegará una de las grandes.
Mi corazón no dejaba de palpitar y se me acumulaban las lágrimas. Mis sentimientos se desbordaron de golpe. No podía hacer otra cosa más que emocionarme. Era como si experimentara lo divertida que es la música.
El silencio momentáneo de antes de tocar las teclas... El momento de desprenderse de la confusión y las dudas... Cuando él tocó las teclas, se decidió mi futuro.
Cuando tenía 5 años, fui a ver la actuación de piano de una amiga. Cuando estaba a punto de dormirme del aburrimiento, él subió al escenario. Estaba tan tenso que te ponía nervioso. Después supe que era la primera vez que tocaba frente al público.
Un rival es algo especial. Especialmente para un adolescente en plena pubertad. Hace mejorar mil veces más que las enseñanzas de cualquier otro.
Consigue recompensas exclusivas en Freakuotes Como tener acceso a las imagenes con frase que publicamos cada semana ¡Además de otras recompensas exclusivas! Quiero saber más
Una actitud sincera hacia la música... Una voluntad tenaz que se enfrenta al miedo. Unas bases inamovibles. Así es el Chopin de Aiza.
Ya sé que es una estupidez. Pero mi objetivo no es ir al extranjero ni el concurso de Chopin. Mi objetivo es Kousei Arima. Los concursos en los que él participe.
El metrónomo humano, el chico concursos, la marioneta de su madre, el esclavo de las partituras. El nombre de Kousei Arima no tiene muy buena reputación.
Es extraño. ¿Será por que pasaron dos años? Es la primera vez que me pasa esto. El corazón me late como si fuera un balancín roto. Tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo.
La primera vez que nos vimos fue en tercero de primaria. Alargaba mi brazo pensando que la próxima vez lo alcanzaría, y cuando por fin pensaba que lo había logrado... seguía estando lejos, como si fuera un espejismo. Desapareció como las palomas de los trucos de magia. Hoy por fin volvió al sitio que le corresponde.
Además. Arima no se olvidó de nosotros. Nunca supo quiénes éramos. No ha cambiado nada en dos años. No me gusta.