Fuera de aquí, todo lo que te encuentras es gente que intenta ser lo más correcta posible al tratar contigo. Usan hermosas palabras con las que intentan ocultar lo que realmente piensan. En el caso de que tú... estés dispuesto a hablar conmigo... Lo que no quiero es oír una mentira tras otra. Mi intención es la de decirte las cosas con total franqueza. Si hay algo que no soporto de este mundo es la hipocresía.
Tal y como tú has dicho, el rencor no es algo que simplemente pueda desaparecer. Y sé que no importa lo que la gente te diga para tratar de animarte, todo te sonará a sarcasmo. Ojalá yo... Ojalá yo, cuando fui aquel día a prisión para verle, en lugar de decirle todo aquello... Hubiese podido creer en sus palabras de arrepentimiento. Inclinó su cabeza, y me pidió perdón con lágrimas en los ojos. Así que... No soy exactamente como piensas... Puede que te suene egoísta, pero en el fondo, todo esto lo hago por mí misma.
Estoy deseando volver a ver alguno de tus dibujos. Si pudieses... dibujar en alguna ocasión... mi cara, por favor... Si hicieses un dibujo de mí... quizás esa sea la única forma en la que me pueda gustar a mí mismo.
Sé que lleva muchos años viniendo a este lugar, tratando de ayudar al mayor número de convictos posibles. Usted es probablemente una buena persona, pero aún así... El rencor que siente la gente... no puede simplemente desaparecer como si nada.
Un par de semanas antes de conocerte...intenté matarme por tercera vez. Mi madre fue una pianista muy famosa...pero fue forzada a dejarlo despues de que yo naciera. Intentando enmendarlo, aunque sea un poco, toqué el piano cada día para ella desde que era pequeña. Pero...yo...yo...fui violada, por mi tutor de piano. Claro que le dije a mi madre, pero...ella no me creyó. Ella odiaba esas cosas y me silenció. Me dijo que mintiera y dijera que no sucedió...y que viviera mi vida así...no importaba cuánto tocara el piano, no era suficiente para enmendarlo...desde entonces, no he tocado el piano.
Últimamente...le he tenido miedo al paso del tiempo. Los días siempre me hacían recordar el dolor, así que los odiaba todos...aún así, justo ahora, tengo miedo de que llegue el mañana....
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No importa cuánto odies a alguien y desees matarle, al final, el miedo te hace dudar de ello. O por lo menos, así ocurre conmigo.
Cuando ve que algo se le escapa de las manos, le resulta más fácil encargárselas a otra persona. Es algo a lo que ya estoy acostumbrada.
En una de las cartas que usted me envió, me decía que el suicidio no expiará mis pecados. Creo que tiene razón, así que esperaré el día en el que sea asesinado.
Cuando yo era niño... acudí a algunos servicios católicos. Lo hacía para poder comer. Hasta entonces, no había conocido a ningún adulto que mereciese la pena. Pero las hermanas me acogieron, dieron de comer y contaban historias. Eran distintas... Para mí, eran como diosas. Pero un día, apareció un vagabundo que parecía estar cercano a la muerte. Conociendo la gentileza de las hermanas, él se acercó a una de ellas con emoción, y le agarró amablemente una de sus manos. Pero entonces, ella se apartó de él enseguida, y comenzó a gritar y a poner cara de rechazo y asco. Aquel pobre vagabundo... No podía dejar de llorar mientras se alejaba del lugar. Hermana, aprendí algo importante de aquella experiencia. Aprendí que las personas que más discriminan a los demás... son precisamente las que intentan hacer ver que son las más tolerantes. Puede que yo haya matado personas... pero lo que aquella mujer hizo no es tan distinto según mi punto de vista.
Cada persona es un mundo... Pero aún así... podría decirse que, por lo general, aquellos que son condenados a muerte pasan el tiempo que les queda lo más solos que puedan. Cada día tienen 45 minutos de ejercicios, y en total hacen tres comidas al día, es todo lo que hacen. Debido a que cada uno de ellos posee su propia habitación privada, están totalmente solos. Si tienen alguna aspiración en especial, pueden trabajar, pero... Seamos sinceros, no es algo que se dé habitualmente cuando sabes que no saldrás de aquí a no ser que lo hagas muerto. En nuestro país, la condena a muerte se da rara vez, y el día de su ejecución no está fijado. Por lo tanto, se ven forzados a vivir de esta forma durante varios años.
Juri: Increíble... ¿Así es como funcionan las cosas en nuestro país? Si su condena es la muerte, no entiendo porqué han de pasar tanto tiempo sufriendo así. Me parece increíble en lo que se ha llegado a convertir el comité de ejecución. Existe un gran número de personas que quieren que se reconsidere el uso de la pena capital. Pero por ahora, las cosas no parece que vayan a cambiar... Da igual cómo se mire, o el empeño que se ponga en darle alguna solución, el resultado parece que siempre será el mismo. Es posible que muchos de esos condenados a muerte les parezca bien la sentencia, ya que podrían desear pagar por lo que han hecho. Pero eso de obligarles a seguir viviendo de esa forma tanto tiempo... Inue: ¿Esa es realmente tu forma de pensar?
- Sé que no es asunto mío, pero aún así... Creo que no tendrías que hacer demasiada amistad con él... Cuando todo haya acabado para él, tú serás el que lo pase peor si continúas así - Eso fue lo primero que pensé al principio... Ya llevo dos años trabajando en esta prisión... No puedo ni recordar cuántas veces se me ha puesto la piel de gallina sólo de pensar en los atroces crímenes que esas personas cometieron fuera de estas paredes... Siempre pensé que jamás podría llegar a sentir ni la más mínima compasión por ellos. Hay criminales a los que odias de tal manera que deseas su muerte. Pero... También hay otros que no pueden evitar que sus vidas lleguen hasta un cierto punto al que nunca habrían querido llegar en circunstancias normales.
Sé que lo que hizo no tiene perdón... y no trato de excusarle... ¡Fue juzgado por los terribles crímenes que cometió! ¡Y será castigado por ello! Pero... Ponerle una cuerda alrededor del cuelo y ahorcarlo... ¿Eso es todo lo que podemos hacer por alguien que ha vivido toda su vida sin sonreír ni una sola vez? ¿Acaso no es triste que las cosas sean de esa forma?