La corrupción se parece al cáncer. Si extirpas el tumor, pero tratas la causa, sólo esta ganando tiempo. No se pueden hacer cambios de verdad sin una intervención completa, global y sistemática.
Hay quienes obran mal por ignorancia o por miedo, y a esos se les puede salvar. Otros tienen el espíritu corrompido y la mente emponzoñada. A esos, hay que destruirlos.
Nos dirigimos, en primer lugar a todos aquellos quienes con discernimiento rechazan su propia voluntad y desean de todo corazón, servir a su rey soberano como caballero; llevar con supremo afán, y permanentemente, la muy noble armadura de la obediencia. Y por tanto, nosotros os invitamos, a seguir a los escogidos por Dios de entre la masa de perdición y a quienes han dispuesto, en virtud de su sutil misericordia, defender la Santa Iglesia, y que vosotros anheláis abrazar por siempre.
Ahora sois Templarios. Los secretos y auténticos legisladores del mundo. Por favor, ¡tended vuestras manos! Tomad nota de nuestro objetivo. Guiar a las almas perdidas hasta el camino de la calma. Guiar los deseos perdidos y calmar los corazones apasionados. Guiar las mentes perdidas a ideas seguras y sobrias. Que la luz del Padre del Entendimiento nos permita comenzar.
Destruiste nuestros planes: en primer lugar, el tesoro, luego nuestros hombres. El control de Tierra Santa se escapó, pero luego vio una oportunidad, para reclamar lo robado, para tornar tus victorias a nuestro favor.
- Altair: Tuviste fuego en tus manos anciano, debimos haberlo destruido. - Al Mualin: ¿Destruir lo único capaz de poner fin a las cruzadas? ¡Jamás! - Altair: Perdóname por esto mentor, pero el Fruto te había corrompido y a través de ti nos habría corrompido a nosotros, para que viviéramos tenías que morir.
- Al Mualim: ¿Por qué luchamos los Asesinos? - Altaïr: Por la paz, ante todo. - Al Mualim: Sí, ante todo. Pero no basta con abolir la violencia que el hombre comete contra otros. También hay que lograr la paz interior.
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- Altaïr: Lo que no entiendo es, ¡¿por qué?! - Al Mualim: ¿No es obvio? Los Templarios desean el control. (…) sin el Fruto nunca conseguirán su objetivo. Y de momento lo tenemos nosotros… - Altaïr: ¿Qué es? - AlMualim: Es la tentación. (…) El hombre que lo tiene domina la mente y los corazones de todo el que lo mira, el que lo “prueba” dicen. - Altaïr: ¿Qué es lo que quieren? - Al Mualim: Ciudadanos perfectos. Soldados perfectos. Un mundo perfecto.
- Garnier de Naplouse: Por fin descansaré. Sí. El sueño eterno me espera. Pero antes de cerrar los ojos debo saber qué les pasará a mis hijos. - Altaïr: ¿Las víctimas de vuestros crueles experimentos? Ahora serán libres para regresar a sus casas. - Garnier de Naplouse: ¿Casa? ¿Qué casa?, ¿las cloacas?, ¿los burdeles?, ¿las mazmorras de las que los trajimos? - Altaïr: Os llevasteis a esa gente contra su voluntad. - Garnier de Naplouse: Sí. Contra la poca voluntad que les quedaba. ¿De verdad eres tan ingenuo? Le das la razón a un crío solo porque llora y te dice: "déjame jugar con el fuego, papá". Acaso le contestas: "Lo que tú quieras". No, porque si se quema será culpa tuya. - Altaïr: No son niños. Son hombres y mujeres adultos. - Garnier de Naplouse: De cuerpo, tal vez. Pero no de mente. Ése es el daño que intento reparar. (…) Mis guardias son la prueba. Estaban locos, trastornados, hasta que les liberé de la prisión de sus propias mentes.(…) - Altaïr: ¿De verdad creéis que los ayudáis? - Garnier de Naplouse: No se trata de lo que creo. Se trata de lo que sé.
- Desmond: Oh, me pregunto a quien tendré que matar hoy. - Vidic: ¡No sea arrogante! Sus antepasados tenían casi la idea correcta, Sr. Miles. Si con la muerte de unos pocos (que además eran malvados) se podían salvar la vida de miles, bien… parece un pequeño sacrificio. - Desmond: ¿Qué quieres decir con “casi”? - Vidic: ¡Ellos no iban muy lejos! Para usar una analogía manida, la corrupción es como el cáncer. Si cortas el tumor, pero no tratas la causa… bien, como mucho estás consiguiendo tiempo. No hay un cambio verdadero sin una generalizada, sistemática intervención. - Desmond: Quimio para las masas. - Vidic: Educación. Re-educación, para ser exactos. Pero no es fácil. Y no siempre funciona.
El mundo es un caos. Un lugar patético. Lo ha visto con sus propios ojos: mil años le separan de su antepasado y la sociedad sigue siendo igual de bárbara. Igual de estúpida.
- Al Mualim: Tengo aquí una lista. Nueve nombres escritos, nueve hombres que tienen que morir. Son distribuidores de plagas, creadores de guerra... Su poder e influencia corrompen la tierra, haciendo que las cruzadas no terminen. Búscalos, mátalos... En hacer eso, sembrarás las semillas de la paz, para las regiones, y para ti. En esta manera, tendrías que redimirte. - Altair: Nueve vidas a cambio de la mía... - Al Mualim: Una oferta muy generosa, creo. ¿Tienes alguna pregunta? - Altair: Sólo por dónde empezar.
¿Y qué si yo le dijera que el cuerpo humano no solo almacena las memorias del individuo sino también las memorias de sus ancestros? Memoria genética, si así quiere llamarlo. Migración, hibernación, reproducción. ¿Cómo los animales saben cuándo irse y a dónde ir? ¿Cómo saben qué deben hacer?
- Al Mualim: ¿Entiendes por qué los templarios son un peligro? - Altaïr: Nosotros luchamos contra la ilusión y ellos la usan para mandar. - Al Mualim: Sí, y para crear un mundo a su imagen y semejanza. Por eso te envié para robar su tesoro. Por eso lo tengo escondido. Por eso los estás matando. Mientras sobreviva uno solo, también sobrevivirá su plan de crear un nuevo orden mundial. Coge tu equipo, busca al último hombre. Cuando muera, Roberto de Sable será por fin vulnerable. - Altaïr: Así lo haré - Al Mualim: Que la paz sea contigo, Altaïr.
- Altair: ¿Y los otros? Pensaban hacer con sus ciudadanos lo mismo que hacía Garnier. - Al-Mualim: Ciudadanos perfectos. Soldados perfectos. Un mundo perfecto.