Colección - "una vez más "

En cuanto la conocí, mi vida cambio. Lo que veía, lo que escuchaba, lo que sentía... Todo empezó a cobrar color.

Perdona por no poder acabarme los canelés. Perdona por pegarte tanto. Perdona por ser caprichosa. Perdóname por muchas cosas. Gracias.

Su presentación está siendo llenada de colores. Simultáneamente triste y colorida.

Es como una montaña rusa. Llora. Se ríe. Me manipula como quiere. Solo con estar ahí, hace que el mundo que veía en blanco y negro sea colorido. Es resplandeciente... y muy fuerte.

No tienes piedad. Mire lo que mire, me acuerdo de ti. Realmente no tienes piedad.

Miwa dijo que cuando quieres a alguien lo ves todo colorido.

Es frustrante. Muy frustrante. Y triste. Pesé a que tú me diste tantas cosas, ¿yo no puedo devolverte nada?

De nuevo... estás mirando hacia abajo.

Al verte esforzándote al máximo, el corazón gris de Kaori se llenó de color.
Así que gracias, Kousei Arima-kun.

Si puedo conseguir algo más de tiempo y encontrar algo más de esperanza, me aferraré a lo que sea.

El avión pasa a través del mar de nuestras estrellas.

Estamos conectados por el cielo.

Es gracias a ti, Arima-kun. Kaori, que estaba a punto de darse por vencida, empezó a caminar de nuevo. Paso a paso.

Si pese a eso toque mal. Este soy yo ahora. Así soy ahora. Mozart dijo que emprendiéramos un viaje. No sabemos lo que nos espera más adelante, pero... Ya empezamos a caminar. Todavía estamos viajando. Así es, soy un músico, como tú. Por eso avanzaré.

Su actuación... Fue como si un niño travieso dejase que lo viéramos.

La partitura no es ningún dios. Tampoco es perfecta. Es algo emocional creado por los humanos.

Pasaste de ser un dios a un humano por decir cosas tan ingenuas.

No pude decir nada. ¿Qué debería decirle? ¿Con qué cara voy a verla?