Frases

El lazo de la amistad no se crea, sino que nace de la circunstancia. Cuando se encuentren en aprietos, es ahí donde evoluciona una amistad.

Tú no te rindes ante ninguna lucha aunque sepas que vas a perder.

Toma todos tus fracasos y aprende de ellos, así ganarás experiencia. No pienses demasiado en otras cosas. Así... quizá las cosas que antes no podías ver claramente, ahora serán visibles para ti.

Si mi ramen no es bueno hoy, solo tendré que hacer uno mejor. Si no es hoy, ¡mañana será!

Los dioses del fútbol no le sonríen a aquellos que se subestiman a sí mismos.

Aprendí que las personas que más discriminan a los demás son precisamente las que intentan hacer ver que son las más tolerantes.

Estoy acostumbrado a que las mujeres me engañen.

El aura es una energía interna que emana del interior los seres humanos. Eso la convierte en el elemento más efectivo contra otros seres humanos para bien o para mal. Si atacas a una persona indefensa con malas intenciones, puedes usar el aura para matar.

¡Aquellos que no pueden ver al oponente que tienen en frente, no podrán derrotar a los oponentes que están más adelante!

Estate tranquila, si esperas un poco, la respuesta vendrá a ti.

No sentir dolor tiene sus desventajas.

Su completa falta de compasión y ambición salvaje ya no son apropiadas para un asesino. Que trágico; su sufrimiento era menor cuando lo controlaban.

- Bueno, después de todo soy tu guardián.
-¿Por cuánto tiempo planeas seguir así?
- No lo sé... ¿Toda mi vida?

Cuanto más fuertes son, más fácil disimulan su fuerza.

Saben, nunca lo vi ganar pero también, nunca lo vi rendirse.

Si en verdad quieres estar conmigo, al menos deberías de estar aquí y expresarlo así yo sabría que nuestro amor es reciproco.

Nuestra relación se tenso, de pronto parecía como si el tiempo se hubiera detenido pero solo para mí.

¡Mi cuerpo ya no sabe lo que es dolor!

No los he superado. Anoche tuve un sueño donde veía a los 3 que mate una y otra vez. Apenas pude dormir. Sus caras cuando desaparecieron sus avatares... Sus voces, sus palabras... Jamás... podré olvidarlos.

Creo que es necesario. Necesitaba aceptar lo que significaba matarlos. Cargar con ese peso y seguir pensando en ello. Eso es lo menos que puedo hacer para expiar mi pecado.