- Roxas: Un momento, ¡Tu eres la chica que le gusta! - Kairi: ¿A quién? - Sora: ¡Que raro que me hayas olvidado Kairi! - Kairi: ¿Quién eres tú? - Sora: A ver, te daré una pista. Mi nombre empieza... ¡¡por "S"!!
- Sora: Déjame entrar en el reino de la oscuridad ¿vale? - Saïx: Si es Kairi lo que te preocupa, tranquilo, estamos cuidando muy bien de ella. - Sora: Llévame con ella. - Saïx: ¿Tan importante es para ti? - Sora: Sí. Más que nada. - Saïx: Demuéstrame cuánto te importa. (Sora se arrodilla) - Sora: Te lo ruego... - Saïx: Así que te importa de verdad. En tal caso... la respuesta es no. - Sora: ¡Maldito...! - Saïx: ¿Estás enfadado? ¿Me odias? Toma esa rabia y dirígela hacia los sincorazón.
- Demyx: ¡Eh, chicos, se os ve muy contentos! - Donald: ¡Date el piro! - Sora: ¿No estabas tú trapicheando en el Inframundo? ¿Cómo ha entrado un pardillo semejante en la Organización XIII?
- Sora: Mmm... si queréis elegir bando, ¿por qué no os largáis con León? Siempre necesita ayuda. - Yuna: ¿Ese tal León tiene algún tesoro? - Donald: ¡Sí, montones de cosas! - Rikku: ¡Perfecto! - Paine: Vamos. - Sora: ¿Quiénes sois? - Yuna: Nadie que merezca la pena. - Paine: Sólo tres fanáticas de los tesoros. - Rikku: ¡Nos vemos, chicos! - Sora: ¿De verdad tiene León un tesoro? - Donald: *risas*
- Yuna: ¿Dónde esté Maléfica? - Sora: Me parece que ha huído... - Rikku: Pues eso es bastante cutre por su parte. - Paine: Creo que nos hemos equivocado de bando.
- Yuna: ¿Qué trama la pandilla de León? - Sora: Tienen cosas que hacer en el postigo del castillo. - Rikku: ¡Notición! - Paine: Vamos a informar. - Donald: ¿A quién? - Yuna: A nuestro líder, claro. - Rikku: Sí, ya sabes, Maléfi.... - Paine: No le hagáis caso. Os lo aseguro... venimos en son de paz. - Yuna: Mentirosa... - Paine: ¿Algún problema? Bueno, vale, habla tú.
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- Riku: Bueno, ser yo tiene sus ventajas. Tengo algo que ni tú puedes imitar. - Sora: ¿Ah, sí? ¿Y qué es eso? - Riku: Tenerte a ti como amigo. - Sora: Bueno... entonces estoy bien como soy. Porque yo también tengo algo que tú tampoco puedes imitar.
Seguramente recordamos la manera en la que nuestros corazones hacían parecer todo tan brillante, y perfecto.
- Riku: En realidad te tenía envidia. - Sora: ¿En serio? ¿Por qué? - Riku: Porque quería ser como tú. Vivir siguiendo lo que me decía mi corazón. - Sora: Bueno, yo también he tenido mis problemas. - Riku: ¿Cómo cuáles? - Sora: Como querer ser como tú.
- Riku: ¿Sabes? Siempre pensé que yo era mejor que tú en todo. - Sora: ¿En serio? - Riku: ¿Te molesta? - Sora: No... yo también he pensado siempre que tú eras mejor en todo.