Frases

Había querido permanecer en el sueño pacífico para siempre, pero cuando se vio obligado a despertar de su sueño abruptamente, se dio cuenta de que todo lo que quería proteger estaba arruinado.

¿Crees que los cuentos de hadas son ficción?

Mientras una cascada de oro desciende por el lecho del río con el sonido de la dinamita que se desvanece, ¿quién se queda para recordar a los desafortunados excavadores enterrados debajo?

Lo más importante en la sabana es nunca bajar la guardia. Si lo haces... ¡Serás la cena de alguien!

Todo lo transitorio no es más que una ilusión.

Una civilización flotará en el viento antes de que finalmente se disipe, así como el destino de una persona eventualmente se lo llevará el viento.

Oh... veo que has encontrado la carta que le escribí a kafei, supongo que tú también lo estarás buscando... Me gustaría que nos volvamos a encontrar en la cocina a las 11:00 de la noche.

El sueño infantil será una noble ambición. El amor juvenil se convertirá en pasión. El espejo del agua refleja la progresión.

Las palabras más importantes, las que provienen del corazón deben decirse en persona.

El tiempo pasa y se lleva a las personas... Al igual que un río, siempre fluye.

No hay mayor agonía que recordar tiempos felices mientras se sufre

La magia cura un cuerpo herido, pero ¿Qué cura un corazón herido?

Una espada no es más que una herramienta para matar y el manejo de la espada es el conocimiento para matar.

De las espadas surge la justicia. ¿Qué pasa con la lealtad? ¡Respóndeme!

Prepárate para la prueba de las llamas despiadadas.

Mi carne se pudrirá. Mi mente se desvanecerá. ¡Pero nunca moriré! ¡Los dragones gobernarán para siempre!

Estoy aquí para aceptar mi destino de ser el sucesor de mi padre.

Como capitán de la guardia del Templo de la Luna, castigaré a todos y cada uno de los intrusos.

Debo buscar y destruir a los demonios que acechan en los corazones de los hombres. Solo entonces la humanidad podrá salvarse de su propia traición.

Nadie sabe el dolor que siento por dentro. ¡Así que esparciré los dolores!