Rojo como la sangre. Blanco como los huesos. Rojo como la soledad. Blanco como el silencio. Rojo como el nervio de una bestia. Blanco como el corazón de un Dios. Rojo como la maldad de que derrite. Blanco como una lisonja que se congela. Rojo como una sombra que devora la noche. Blanco como los suspiros de la luna. Brillo blanco que se tiñe de rojo.
Tu sombra, en secreto y como aguja venenosa sin objeto ni destino, entrelaza mi camino con sus puntadas. Tu luz, con flexibilidad y como un rayo que se derrama como una torre de agua, me arrebata mi esencia vital.
Señor, lo admiramos de la misma forma que admiramos a un pavo real. Invadidos por la esperanza, la adoración y un sentimiento parecido al terror cuya verdadera esencia ignoramos.
Con perseverancia, lo arreglo y lo cuido, a sabiendas de que voy a tener que cortarlo y verlo caer. Con perseverancia, lo hago brillar y lo peino, a sabiendas de que voy a tener que cortarlo y verlo caer. Me da miedo. Me aterroriza ese momento en el que lo cortaré y caerá. Porque mis cabellos cortados me recuerdan a ti, ahora que estás muerto.
Somos insectos, gusanos arrastrándonos bajo una indisoluble maldad. Levantamos la cabeza hacia más allá de la Luna hasta que dejamos de vernos criaturas patéticas.
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¡Las chicas que le gustan las orgías son imbéciles, lo único que hacen es pensar en chicos! y los chicos que prefieren zorras como esas son basura y nada más prefiero estar sola que andar con ellos.
Choujirou... entiendo tu rabia. El bankai que pasaste tantos años para mejorarlo... ¡¡¡NO ERA TAN DEBIL!!!
Era un excelente bankai. No fue capaz de derrotarme... pero me dejó una cicatriz en mi frente que nunca desaparecerá.
- Chojiro: ¡He venido a convertirme en tu mano derecha! - Yamamoto: ¡Entonces, deberías convertirte en mi discípulo! ¡Si te conviertes en un instructor, también podrías ser mi mano derecha! - Chojiro: ¡No! Si me convierto en tu discípulo, al final solo seré una copia de ti. Como tu mano derecha... ¡Quiero compensar las cosas que no puedas hacer!
Nada especial... El primero era solo basura. Se convirtió en un mono gigante que golpea al enemigo con su voz, y me ataco. Así que lo partí por la mitad. La segunda tenía algo contra mí, así que empezó a explicarme sus poderes. Realmente no podía escucharla a causa del grito del otro tipo. Era molesta, así que le arranque la garganta. El tercero era normalito. Se transformo en mi. Era yo, así que por supuesto no fue simple. Pero al final... solo tuve que volverme mas fuerte que mi imitación.