Este es un juego de apuestas. Más de lo que necesito para creer en mí mismo, tengo que creer en mis compañeros de equipo. Incluso si hago todo lo que puedo, no es suficiente. Pero no siento ninguna incertidumbre. En este equipo, ¡todo el mundo está haciendo todo lo que puede!
De cierta manera, creo que Murasakibara-kun tenia razón cuando dijo que el baloncesto no es justo. Pero... el baloncesto no es un juego que juegas solo. Quiero que ganemos juntos, y creo que podemos hacerlo.
En este mundo ganar lo es todo. Los ganadores son validados y los perdedores denegados. Hasta ahora, nunca he perdido en nada, y no lo haré en el futuro. Desde que siempre gano, siempre tengo la razón. Si te opones a mí... te mataré, no importa quien seas.
He pensado en ganar, pero nunca me he preguntado si puedo ganar o no. Aún si perdiésemos por cien puntos, hay una posibilidad... Un meteorito podría caer y golpear la banca del otro equipo en el último segundo.
Tú no te rindes hasta el mismísimo final. Pero eso significa que si das todo lo que tienes y eso todavía no es suficiente, debes aceptar la derrota. Jugar contra un oponente que es imposible de vencer me emociona, pero últimamente... ¡Nada importa si no gano!
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El baloncesto es un duelo de deficiencias. El aro está a tres metros de altura, no puedes decir que es justo, el juego favorece a los altos. Esa es la base de este juego de porquería. ¿Qué tiene de divertido?
La forma es diferente, pero son similares a ustedes chicos... Son como la propia luz y sombra de Shutoku.
Yo solo no hubiese llegado hasta aquí. Por eso no me importa si perdemos. ¡No puedo ser el único que se rinda! Si hay alguna razón por la que pierda, será porque... ¡Aún no soy lo suficientemente fuerte!