Frases de Saint Seiya

¿Acaso creéis que yo, Aioria de Leo, daría al enemigo la posibilidad de atravesar esta casa?

Fue entonces que me di cuenta que fui entrenada desde que recordaba para pelear. Ese día por primera vez sentí lo que era la ternura del ser humano.

Quien siembra vientos recoge tempestades.

Las flores retoñan y mueren, las estrellas brillan pero eventualmente se apagan; todo muere, la tierra, el sol y hasta algo tan inmenso como éste universo no está excluido. Comparado con eso la vida del hombre es tan efímera, como un abrir y cerrar de ojos; en ese instante un hombre nace, en ese corto instante un hombre crece, se ríe, llora, pelea, sufre, regocija, lamenta, odia y ama a otros. Todo es transitorio. Y luego todos caemos en el sueño eterno llamado muerte.

¡Mi destino es mi propia voluntad! Solo yo decido mi destino... Sin depender de la voluntad divina... Tener el poder sobre su propio destino es el privilegio de todo mortal... Mi destino... ¡Es sólo mío!

Un caballero no le teme a las balas.

Cuanto mas difíciles sean nuestras batallas, mas satisfactorios serán nuestros triunfos.

Yo tengo fe... Se que no es más que simple fe, pero nosotros... ¡Cumpliremos con nuestro deber!

Otro caballero que se va, ¿por qué no seremos inmortales? La amenaza que se cierne sobre el mundo sí lo es.

Los caballeros del bien estamos protegidos por el calor de nuestros sentimientos.

Luchamos juntos porque así la victoria conseguida odiando a tu único hermano no tiene absolutamente nada que valga la pena si no esta tu hermano.

Aunque haya perdido mis cinco sentidos, el fuego de mi vida aun esta encendido, y en tanto el fuego siga encendido, mi cosmos se elevará más alto y cuando el cosmos se extinga entonces sera el momento de mi muerte.

Combato por amistad.

Los humanos no son dioses, por eso por más bondad que haya en un corazón, siempre estará expuesto al mal, la vida es así y no queda más remedio que seguir viviendo.

Yo no tengo alas como las de mi hermano, pero tengo mis piernas que pisan fuerte la tierra y aunque no pueda volar, yo me levantaré cuantas veces sea necesario y lucharé.

Sin los caballeros del zodíaco yo no sería nada.

Dónde hay tristeza hay alegría y es lo mismo del otro modo hermosas flores florecen pero eventualmente mueren.