La rosa blanca es un juramento de venganza, la rosa roja la prueba de la sangre derramada, pero todas ellas son hermosas flores que languidecen, no necesitan un significado, solo están aquí para ser admiradas.
Si la vida me abandona, será la voluntad de Dios, obviamente, el destino ya esta determinado desde el inicio.
Aunque frente a mi haya un campo de batalla insomne, es ahí donde debo partir, es lo que buscan mi espada y mi bandera.
Este mundo esta plagado de solo tristezas y codicia, los pastores son y viven mucho mas felices que los propios reyes.
A menudo sueño que mi madre decide abandonarme, pero el final del suelo Dios siempre me encuentra y extiende una mano llena de luz para consolarme.
No importa cuantas lagrimas derrame, el aire de mis pulmones es suficiente para avivar el fuego de mi rabia y abrazar mi cuerpo hasta las cenizas.
¿Cuándo se acabara la guerra? Aunque nuestro cuerpo se marchite, el espíritu y el olor de la venganza seguirán.
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No pongas tu confianza en Dios, al infierno con cualquier destino decidido, toma lo que quieras de la vida y hazlo con todas tus fuerzas.
Incluso la gloria no reconforta en la muerte, mis manos se encuentran vacías y pronto mis huesos se hundirán debajo de la tierra, nada me queda, nada me he de llevar.
Vuélvete despiadado, tu todavía tienes esperanza en la gente, si renuncias a esa única esperanza, podrás tener esperanza al menos para ti.
Hice una oración y pedí un deseo, pero las voces de mi maldición permanecieron, si el calor perdido al que me he aferrado tontamente no puede volver a pertenecerme, si a caso me permite escapar del destino, me convertiré en un demonio.
El demonio debe recorrer el camino hacia el averno, pensé que era un pecado desear el calor de alguien, pero ahora es mío y no voy a perderlo, tomare lo que deseo, así sea por la fuerza.
Cuando pienso que la sostengo, la luz siempre se ha convertido en maldiciones que se deslizan entre mis manos.