Frases de Death Parade

¿De qué hablas? ¡Todos los humanos son unos idiotas! No importa lo que piensen. Creamos condiciones extremas y nos entretenemos con lo estúpidos que son.

-¿Eh? Dices que soy una asistente, pero ¿qué debo hacer?
-Hmm, bueno, solo sigue haciendo lo que haces.

Lo de Decim son las bebidas y la seriedad. Además de eso, no tiene nada más atractivo. Tiene cara de piedra y su pasatiempo es construir maniquíes.

-Señorita Nona, ¿cree que yo...?
-Todos cometen errores. Aun así, las personas expresan sus sentimientos de formas inusuales. Eres un árbitro; no puedes simplemente ignorarlos.
-L-lo siento mucho.
-No lo olvides.

-Si él no lo hubiera malinterpretado, ambos...
-...hubieran tenido una hermosa vida.

-Es solo una suposición... pero cuando ella supo que iban a tomar caminos distintos... tal vez ella quiso respetar sus propios sentimientos.
-¿Sus sentimientos?
-¿Cómo es que no lo entiendes? ¡Hablo de su amor hacia él!

Los humanos son fascinantes. Incluso después de todo lo que he visto, aún no logro entender cómo trabaja su mente.

-¿Por qué es que casi nunca gano? Soy el hombre que está más cerca a ser un dios.
-Tú eres el único que piensa eso.
-Es porque es la verdad.
-Sí, sí. Entonces, ¿por qué no puedes ganar?
-Porque nunca te contienes conmigo.
-¿No fuiste tú el que me dijo que no me contenga contigo?
-Eso fue hace 82 años.

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te pusieron a cargo, Nona?
-¿Eh? Cerca de 82 años. ¿Por qué?
-82 años... ¿Ya ha pasado tanto?
-Y tú sigues diciendo que no soy nadie.
-Mira esto, por favor. Nona, desde que te convertiste en supervisora, hemos jugado 5,769 veces.
-¿Eso quiere decir que hemos jugado 170 veces por año? Tú si que tienes mucho tiempo libre.

-Muy bien, lamento mucho ser tan brusco... pero debo hacerles una breve pregunta. ¿Tienen algún recuerdo de antes de haber llegado aquí?
-No, para nada.
-Muy bien.
-Ah, pero... de alguna forma, siento como si te hubiera visto antes.
-¿En serio?
-Sí. También, siento como si hubiera estado aquí antes. Aunque no puedo recordar absolutamente nada de ello.
-Entendido.

-Ellos piensan que si pierden, serán asesinados.
-Pero nadie...
-Tienes razón. Nadie dijo eso. Y aun así, ellos piensan: "¿Qué pasa si pierdo?" A nadie le gusta los caminos peligrosos.

-Oh, ya veo. Pueden errar sua tiros.
-Decim les dijo que podían. Pero, ¿qué es lo que harán?
-¿Eh?
-Las puntuaciones. Si siguen fallando, Machiko será la ganadora.
-Está bien así, ¿no?
-Tal vez desde tu punto de vista, pero no es lo mismo para los que juegan.

-En este juego cada uno lanza siete dardos a las dianas, las cuales están ligadas a los órganos de sus cuerpos. Es casi como si se estuvieran apuñalando el uno al otro.
-Esto es demasiado.
-Te acostumbrarás pronto.

Si supieran que están muertos... ¿Por qué participarían en un juego en el que apuestan sus vidas?

Esta vez nuestros grandes jugadores son ellos. Takashi y Machiko. Recién casados, y recién fallecidos.

-Son maniquíes. Es el pasatiempo de Decim. No les prestes atención.
-Son desagradables.
-Es un pasatiempo horrible, ¿no crees?

Juzgamos a los difuntos a base de los recuerdos de su vida... y también de cómo muestran esa humanidad mientras juegan.

-Aquí es a donde los difuntos vienen.
-¿Difuntos? ¿Te refieres a los muertos?

-¿Sabes por qué hacemos este tipo de pruebas?
-No, señora.
-Luego de extraer todo lo posible la oscuridad de sus almas, los juzgamos. Con el fin de crear las condiciones extremas necesarias... los recuerdos de una persona son absolutamente necesarios.