Frases de Watashitachi no Shiawase na Jikan

Decidí empezar a aprender a dibujar. Y lo hice porque para él, incluso las cosas más triviales tenían importancia...
Así fue como por primera vez, me percaté de ello... Que aquello en lo que hasta entonces sólo veía oscuridad, ahora veía una brillante y cálida luz...

En ese momento... fui muy feliz.
Puede que esto sea algo que muchos no puedan comprender, pero así es... Me sentí muy feliz...

Me hiciste comprender que aún sigo aquí... Me hiciste entender... que estoy vivo.

Has sido la primera persona que realmente se ha interesado en lo que yo tenga que decir.

Te conocí... y por primera vez pude ver... que aunque tu situación no sea la misma que la mía, también eres un ser humano.

Hasta ahora, nunca me ha importado lo que le pueda ocurrir a las personas con dinero. Siempre he pensado que sus vidas eran perfectas. Creo que esa era mi excusa para hacer todo lo que me viniese en gana. Creyendo que aunque acabase, no dejaría atrás nada de lo que me arrepintiese.
Pero ahora sé que me equivocaba... No importa los felices que puedan parecer... Aunque los casos sean muy distintos, toda persona guarda en su interior su propio dolor.
¿Cómo he podido estar tan ciego y no darme cuenta de algo tan básico?

Cuando me cogieron por robar y aquél empleado me dio un puñetazo. O cuando estaba con alguna mujer que apestaba a perfume, me daba por pensar en cómo de diferente sería mi vida si mi hermano pequeño no estuviese.
Pero... Siempre que pensaba en la posibilidad de abandonarle, estaba nevando. Durante las frías noches en las que nevaba, me sentía incapaz de dormir solo.
Aunque no me gustase que fuese así, necesitaba a Kou...
Y cuando murió me di cuenta de que... aunque él ya no estuviese, mi vida seguía siendo la misma.

Sentía que un simple nombre podía convertirme en una persona totalmente distinta.

Él dice que el sonido de las hojas... Es totalmente diferente según la estación del año en la que nos encontremos. Y que su verde color... también va cambiando poco a poco cada día que pasa.
Encuentra algo de interés incluso en las cosas más insignificantes.

Número 3987... Ese número... Está comenzando a cobrar otro significado.

Cuando entré en el orfanato, el director me dijo lo siguiente: "No te preocupes, todos los de aquí son iguales que tú, han sufrido grandes desgracias."
El resto parecía no entenderlo, pero cuando te das cuenta de que has vivido tales desgracias, la igualdad ya no puede aplicarse.

Fuera de aquí, todo lo que te encuentras es gente que intenta ser lo más correcta posible al tratar contigo. Usan hermosas palabras con las que intentan ocultar lo que realmente piensan.
En el caso de que tú... estés dispuesto a hablar conmigo... Lo que no quiero es oír una mentira tras otra. Mi intención es la de decirte las cosas con total franqueza. Si hay algo que no soporto de este mundo es la hipocresía.

Tú... No me gustas. Pero... tampoco te odio. Y eso es así porque creo que aquello que leí sobre ti en internet... En realidad no es más algo que alguien escribió con el único motivo de dar morbo sin saber quién eres realmente.

Mi tía no podía soportar la idea de que yo quisiese dejar este mundo, así que me pidió acompañarla para conocer a convictos que no poseen un futuro.
Sin embargo, yo... no creo que sea verdad que exista un corazón de naturaleza pura en el planeta. Ellas están convencidas de que sus amables palabras pueden llegar a convertir a sádicos convictos en ángeles. No quiero formar parte en ese tipo de asuntos...

No importa cuánto tocase el piano, nunca era suficiente para ella... Entonces... Decidí que nunca más volvería a tocar el piano.

He venido hasta aquí porque no conseguía comprenderlo...
No podía comprender porqué alguien como yo, que siente deseos de matar, puede estar libre... Mientras que alguien como tú, que desea sinceramente ganarse el perdón por lo que hizo, tiene que permanecer aquí encerrado...

La única... que está mintiendo... eres tú, madre.

Hacer buenas acciones sin ganas de hacerlas... Pero claro, es la forma perfecta para que todos te digan la espléndida persona que eres. Eso te hace sentir superior.

Tú también debes conseguir poder perdonar... Perdonar por lo que ocurrió aquel día... No por el bien de otras personas... Hazlo por tu propio bien.

Si hubiese saltado desde lo alto de un edificio en lugar de cortarme las venas... O tomado ácido sulfúrico en lugar de atiborrarme de pastillas para dormir... Pero no lo hice...
Y tú, tía Mónica, eres la única razón por la cual no opté por métodos más eficaces para suicidarme.
Es el saber que hay alguien que me echaría de menos y lloraría por mi ausencia... lo que me impide hacerlo así.