Cuando me cogieron por robar y aquél empleado me dio un puñetazo. O cuando estaba con alguna mujer que apestaba a perfume, me daba por pensar en cómo de diferente sería mi vida si mi hermano pequeño no estuviese.
Pero... Siempre que pensaba en la posibilidad de abandonarle, estaba nevando. Durante las frías noches en las que nevaba, me sentía incapaz de dormir solo.
Aunque no me gustase que fuese así, necesitaba a Kou...
Y cuando murió me di cuenta de que... aunque él ya no estuviese, mi vida seguía siendo la misma.
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