Soy el alienado, el ridiculizado, el despreciado. No hay necesidad de alabarme. No hay necesidad de envidiar mi cuerpo. Soy la sombra tras el resplandor de los Espíritus Heroicos, nacido de la oscuridad de una gloriosa leyenda. Y así, yo odio. Yo me resiento. Alimentado por los suspiros de la gente que ha caído en la oscuridad, gente que maldice la luz. Ésta es mi desgracia, resultado de su inmaculada gloria. Debo ser siempre menospreciado. Tú eres el sacrificio. Dame más, tu sangre, tu carne, tu vida. ¡Deja que alimenten mi odio!
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