Aquellos primeros días cuando yo, un demonio, me dispuse a servirle como un mayordomo... (...) Sí, soy un demonio. No hay manera que pueda entender el sentido del gusto de mi presa, un humano. Lo que yo entendía... era solo el sabor de un alma humana.

Publicada por

Esta frase le gusta a

La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.

Comentarios

No hay mensajes