Por supuesto que uno tendría dudas sobre mi apariencia. De alguna forma, en el instante en que saque la espada del contrato de dentro de la piedra, yo deje de envejecer gracias a su magia, manteniendo mi apariencia joven. Para comenzar en ese momento mi pueblo ni siquiera cuestiono mi apariencia, dado que yo era el rey. La única cosa que se me pidió es que llevara a cabo mi deber como un rey
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