¿Entiendes? Cuando te enfrentas contra un oponente fuerte, nunca debes asumir que perderás. No importa que tan fuerte sea el oponente, ¡él siempre tendrá alguna debilidad! Al final, aquel que se de cuenta de la brecha en la armadura del otro, gana la pelea. Nunca estés asustado. En el momento en que tengas miedo, ¡tu oponente parece más formidable de lo que realmente es! Pero una vez que hayas conquistado ese temor, la brecha de tu oponente se hará obvia.
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