- Varimathras: Confiesa, no tienes intención alguna de devolverles sus tierras. - Sylvanas: Claro que no. Los humanos son sólo el medio de conseguir mi fin. - Varimathras: Cada día que pasa te pareces más a uno de nosotros, milady. - Sylvanas: Cuidado, señor del terror.
- Balnazzar: El exánime, Kel'Thuzad, es demasiado leal para traicionar a su señor. Pero tú, por tu parte... - Sylvanas: Lo odio. Tengo mis propios motivos para buscar venganza. Arthas asesinó a mi gente y a mí me convirtió en esta... monstruosidad.
¿Qué alegría cabe en esta maldición? Seguimos siendo no-muertos, hermana. Somos monstruosidades. ¿Qué somos sino esclavas de este tormento?
Veamos. He convertido a uno de tus hermanos en mi siervo y he hecho trizas al otro. Me pregunto qué te depara el destino, Balnazzar.
La capital es nuestra, pero ya no somos parte de la Plaga. De ahora en adelante, seremos conocidos como los Renegados. Encontraremos nuestro propio camino en este mundo, señor del terror... y mataremos a todo el que se interponga en él.
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Le hace tan feliz un simple anillo. Una prueba de que estaré siempre a su lado. Quizá no sea tan malo.
- Hiro-san, ¿puedo pedirte un favor? - ¿No me irás a pedir matrimonio? Es imposible. - Lo sé. Por eso voy a comprar te un anillo de matrimonio. ¿Lo aceptarías, Hiro-san? - Idiota no podría usarlo en el trabajo y tú tampoco. - Lo sé, pero... - No necesitas algo que no vas a usar, no? No lo necesitamos. - Hiro-san pero yo quiero que lo tengas. No es porque haya ido a la boda, ya había pensado en eso antes y tampoco es que quiera que lo uses todos los días, y también sé que no podemos usarlo en el trabajo, pero quiero una prueba que estarás conmigo por siempre.
-Solo pensaba en la primera vez que te conocí. -¡¿En serio?! -Parecías un acosador, ¡dabas miedo! -Es porque era muy joven. Pero es que no tenía elección. -¿Eh? ¿Qué dices? -Es porque me enamoré de Hiro-san a primera vista. Por eso estaba tan desesperado.
Aunque MIsaki diga que no todo el tiempo, yo sé que desde hace tiempo sus brazos comenzaron a moverse. Y muy lentamente el me devuelve el abrazo.