El hombre que destruyó sus planetas y liquido al Tendoushuu todavía sigue vivo. Si seguimos peleando de este modo ustedes no obtendrán su venganza y el mundo acabara justo como el quiere.
Si no podemos apagar ese flama entonces transformemosla y convirtamosla en otra cosa, hay un mejor oponente para pelear tanto para ti y para nosotros.
Ahora que las llamas de su venganza han crecido hasta este nivel no pueden extinguirse, no hasta que todo delante de ellos sea reducido a cenizas.
Lo están haciendo muy bien, están aguantando. Lo que esta sucediendo ahora lo consideraría como un milagro.
Tienes razón, Shin-chan. Nada bueno obtendremos por proteger este dojo... sólo dolor. Pero rendirnos sería doloroso también. Mantenerlo o deshacernos de el...es igual de doloroso, así que yo prefiero sufrir por mantenerlo.
La imagen de ese hombre, con su cabello suelto y plateado, manchado de sangre; era realmente la de un demonio. El hombre cuyo nombre resonaba entre las filas de los Amanto, infundiendo miedo en todos y cada uno de sus corazones. ¡Sakata Gintoki!
-¿Esto es el fin? En vez de caer en manos enemigas, deberíamos suicidarnos y morir como guerreros. -No seas estúpido. Levántate. Si tienes tiempo para pensar en un final feliz, ¿por qué no vivir felizmente hasta el final?
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- Hey, chicos, ¿no están avergonzados por tendernos una trampa tan estúpida? - ¿No estás tú avergonzado de haber sido atrapado en ella?
A estas alturas ya no podemos hacer mucho, sea que el mundo sea destruido o no, el shinsengumi sera el que protegerá a Edo.
No podemos permitir que ese enorme ejército entre por Kabuki-chou, la batalla debe acabar antes que alcancen la ciudad.