Si quieres que te mate, no lo haré. Con lo que debo acabar es con la época en la que el país realiza tales barbaries y conmigo, que no pude proteger nada del curso de los tiempos. Sigue blandiendo tu espada para mí, y cuando llegue el momento úsala para matarme. Esa es mi venganza.
Escuchen, tal vez nos pidan llevar "polvo blanco" o algo por el estilo. Tal vez sólo sea harina, así que quédense callados y háganlo.
Que diferencia. Una vez peleamos juntos y ambos lo perdimos todo. Pero uno juro vengarse de este país y obtuvo el poder suficiente para destruirlo y ponerlo en jaque. El otro, no obstante, se acomodo y juntó a solo dos niños. Todavía se arrastra a por el suelo para proteger este país.
No puedo compararme al traidor que asesino a su señor delante de las narices del emperador para robarle su posición de Shogun.
Después de arrebatárselo todo, no pude matarlo. Deje que sobreviviera. Esta vez lo matare. Acabaré con su vida.
Ya no es necesario cerrar con llave. Ni en el techo, ni bajo la casa, ni en la puerta, ni tras los postes... Ese gorila acosador ya no esta. Pero, ¿porqué será? No es nada divertido.
Presten atención. Voy añadir un último artículo a la Kyokuchu Hatto. Hasta ahora se jugaron la vida siendo leales a sus 46 artículos. Pero aunque deban violarlos todos. ¡Sobrevivan!
El alcohol combina con todo. Con pescado, con carne, con las mujeres... Con las quejas y los lamentos también.
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No tienen escapatoria. Ellos vinieron a rescatarte. Por tanto, la forma para salvarlos es muy sencilla. Basta con que tú mueras. Colaboremos para dar fin a esta estupidez.
La fuerza del enemigo equivale a la de una nación. Si solo piensan en defenderlo el Shogun morirá de nuevo.
Iban a ejecutarme. Y si así salvaba a mis compañeros no me importaba, eso pensaba. Pero cuando me salvaste me volví mas codicioso. Quiero volver a verlos una vez mas. Quiero tomar un trago con mi nuevo amigo. Todavía no quiero morir ni dejar que mueras. Así que ahora te lo pediré yo, préstame tu fuerza, para seguir con vida y volver a verlos. Mientras tú no mueras y yo tampoco no morirá ninguno de los dos.
Soy la voz de las campanas en el Templo Gion... La vitalidad de la insolencia de todas las cosas mundanas... La sombra de las flores en el árbol sal... Y con eso, ¡¡tengo una "razón" para asesinatos de bastardos herejes!! Buenas tardes. ¡¡Díganle hola a Shimatsuya Sacchan!!