Por la mañana, la salada brisa marina sopla. Y como si tratara de volver por donde ha venido, cambia repentinamente de sentido. Esa sensación no está nada mal.
Cuando yo estoy solo, actuó bajo mis propios instintos. Cuando estoy con alguien más, apto por simplemente seguirlo.
Tenía la misma expresión que las compañeras que intentaron aplastarme, puedo ver facilmente a través de ella.
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Había siempre un lugar y una oportunidad para responder, y en ese momento, parecía como si estuviera siendo guiado a la solución correcta.
- Yukino Yukinoshita: Yuigahama-san, acabas de decir que no tienes ningún talento, ¿verdad? - Yuigahama: ¿Eh? Sí... - Yukino Yukinoshita: Quítate esa mentalidad. Los que ni siquiera lo intentan no tienen el derecho a envidiar a los que tienen talento. Y los que fallan, no tienen idea el esfuerzo que hicieron por los que tuvieron éxito. - Yuigahama: Pero todo el mundo dice que no quieren cocinar en estos días. No estoy hecha para esto. - Yukino Yukinoshita: ¿Podrías dejar de tener esa idea? No me gusta en absoluto. ¿No te avergüenzas en culpar a otros de tu propia torpeza y estupidez?
- Bueno, le daría un 10 a nuestra cita de hoy. - Solo por curiosidad, ¿10 de cuánto? - ¡Obviamente, de 100!
Mostrar frase (contiene spoilers) Yahari Ore no Seishun Love Comedy wa Machigatteiru. H-Hikigaya... ¿Podrías... Salir conmigo?
Este tipo no solo tiene el Síndrome de octavo grado. También tiene el Síndrome de Escritor. Él escribe porque quiere escribir algo. Y así lograr llegar al corazón de alguien, eso lo hace incluso más feliz. Ese es el Síndrome del Escritor. No es necesario que Zaimokuza cambie, excepto por lo anormal que es.