No importa si tiene maldad o es cruel como un demonio... Medaka Kurokami acepta a cualquier ser humano. Solamente existe una persona a la que Medaka no puede aceptar. Es un hombre llamado Kumagawa. No era malo ni perverso. Era como un río de agua transparente. Sin embargo, sintetizaba en sí mismo todos los aspectos negativos del ser humano. Se enfrentara a quien se enfrentara, siempre perdía, era un perdedor nato y eso lo hacía más fuerte que cualquiera. Hacía daño a los demás con sólo respirar, provocaba destrucción con cada movimiento, planeaba seriamente acabar con todos y cada uno de los seres humanos, incluso consigo mismo. Su vida de fracasos era pura destrucción sin sentido. Ejercía una enorme influencia sobre la gente, no había manera de evitar que envolviera a todos los que le rodeaban. En aquel entonces Medaka se encontraba en primero de secundaria baja. Ella intentó comprenderlo, pero... al final... se deshizo de Kumagawa. No haber podido reformarlo es un fracaso del que se sigue sintiendo avergonzada. Muchos se alejaron de ella tras verla hecha una furia... Pero para ser sincero, yo me alegré de que Medaka pudiera sentir ira como el resto de nosotros. Medaka Kurokami puede ser una santa o un ángel para ayudar a los demás. Pero si se meten con sus amigos, se convierte en un demonio.
Un riñón, el pulmón izquierdo, la mitad del hígado, tres cuartos del estómago, 20% del tejido muscular del corazón, cinco arterias y tres venas. Ése es el precio que tuve que pagar para poder salir del proyecto Flask.
Los tres pilares en mi vida no son la amistad, el esfuerzo y la victoria. ¡Son mi hermanita, mi hermanita y mi hermanita!
No tiene sentido utilizar ataques físicos contra un enemigo imaginario. Hay que darle un poco de su propia medicina. Si nos planta cara con una fantasía, lucharemos con otra fantasía. Dejemos volar nuestra imaginación para que todos puedan visualizarlo. Como cuando uno imagina desnuda a la chica que le gusta, o la desgracia de la persona a la que odia, o a alguien con éxito fallando miserablemente. Imaginad esta espada tan poderosa que es capaz de matar hasta a una temible bestia mágica.
No te hagas a la idea equivocada Hinokage-kun. No estoy llorando porque tus golpes duelan. Estas lágrimas son de alegría. ¡He esperado toda mi vida por alguien que viniera y me reformara! ¡Por alguien que arriesgara su propia vida para tratar de corregir el mal camino en el que estoy! ¡Estoy tan feliz, apenas lo puedo soportar! ¡Gracias a ti, veo el error en mis caminos! ¡Ahora puedo reformarme! ¡Gracias! ¡Estoy tan agradecido contigo! Así que en orden de no causar más problemas, voy a agarrar al siguiente tonto que pase cerca de mí... Y le haré algo tan horrible a ello, porque dejaré salir toda mi ira por este dolor.
No quiero intentar demostrar nada, no seré capaz de mantener esto sola. No soy una heroína. No seré capaz de pelear yo sola. Sin embargo, si todos están aquí, me convertiré en una fuerza mayor que tú.
¡Simplemente quería ver desde una distancia prudencial cómo te enfrentas a esa bestia, como la buena amiga que soy!
¿Saben el sabor que tiene la gasolina que sus padres le hacían tragar? ¿Conocen el sabor de lamer el zapato de un profesor pervertido? ¿O el sabor de la arena que los compañeros de clase te obligan a ingerir? ¿O al menos conoces el sabor de un periódico el cual es tu única comida? Por supuesto que no lo saben. Porque ustedes son los chicos "felices". Pero esa clase de sabores son sólo para nosotros, miembros de la clase -13. Hemos experimentado lo peor, ¡y es por eso que nosotros podemos hacer lo peor!
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No lo entiendes. No se trata de hacer feliz a la otra persona, sino de ser felices ambos, estando el uno con el otro.
Anular sucesos milagrosos. Eso es, en pocas palabras, lo que hace "Devil Style". Nada más. El protagonista no logra esquivar por un pelo un ataque fatal del enemigo. No se tropieza con una chica guapa cuando dobla la esquina. No ocurre por casualidad un asesinato allá donde vaya. Ningún enemigo que consigue acorralarlo decide por capricho dejarlo con vida. La hermana pequeña del enemigo no es una vieja conocida suya. El que alguna vez fue su rival, no aparece a tiempo para salvarlo de una muerte segura. No se encuentra inesperadamente con un amigo cuando sale de viaje. Si participa en un torneo, no le tocan los rivales más débiles al principio. La nueva técnica que le da la vuelta al resultado del combate, no le sale en el último momento. Es como un vale para anular las modificaciones de los protagonistas. Una habilidad diabólica que rebaja a los héroes al nivel de "tipos con buena suerte".
Tres billones cuatrocientos dos mil ciento noventa y tres millones ochocientos ventidós mil trescientos once años y doscientos ochenta y siete días. He vivido tanto para nada.
¡Mis posibilidades de perder son del 99%! Pero mientras tenga ese 1% de posibilidades de ganar, ¡¡no me daré por vencida!!
Cuando pierdes hazlo honorablemente. Y cuando ganas, hazlo con una mala actitud, ese es mi principio.