Yo era igual, era igual que ustedes. Nunca dudé que mi propósito en la vida era pelear, y no temía a morir. Pero, ¿sabes qué aprendí? Eso no es vivir. Lo entendí al conocer a Zero Two. El tiempo que pasamos llorando, riendo y enamorándonos es valioso, y entendí que quería protegerlo. Pero si marchamos a la muerte, lo perderemos todo. Todo se irá. ¡No quiero eso! ¡Nunca me rendiré! ¡Le prometí que estaríamos juntos por siempre! Ya no vivo para pelear, peleo para vivir
El Jian, conocido como el 'pájaro que comparte alas', solo posee un ojo y un ala. A menos que macho y hembra se apoyen y se hagan uno, son incapaces de volar. Son imperfectos e incompletos. Pero, por alguna razón, su forma de vivir me parece profundamente hermosa, creía que era hermosa.
Los polluelos tienen un sueño. El de volar. En su oscuro y estrecho nido, se aferran unos a otros y esperan a unos padres que nunca volverán.
El suave roce de sus labios temblorosos me llenó de culpa. La sensación anterior de que podía volar se escapaba de mis manos y al final volvía a encadenarme al suelo. Sentía como si me ataran mis hilos invisibles.
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No sé por qué, pero el roce de sus labios aceleró mi corazón. Fuera de eso, no recuerdo nada de lo que pasó en la cabina. Pero habiendo dado el primer paso por mi propia voluntad, sentía que podría volar de nuevo.
¿Creen que alguna vez encontremos algo así?... Algo tan valioso que elijamos por encima de todo lo demás.
Hay muchos haciendo todo lo que pueden porque quieren que vivas. ¡Solo pisoteas sus sentimientos al irte!