- Urahara: ¿Cómo te sientes al volver a ser un shinigami tras veinte años? - Isshin: Normal. - Urahara: ¿Y ya tienes la conciencia limpia? - Isshin: Supongo. Además, no sentía rencor a ese Hollow de todas formas. De lo único de lo que me he arrepentido en estos veinte años es de mi falta de poder para salvar a Masaki aquella noche. - Urahara: nunca cambiarás. Bueno, en eso te pareces mucho a tu hijo. - Isshin: ¿¡Qué...!? ¡De ninguna manera! - Urahara: ¡Es obvio! - Isshin: ¡Te digo que no nos parecemos en nada!
Los tontos humanos, aquellos que se aferran al tan desesperante destino en el que creen... tú no eres distinto a ellos.
Hay sólo un enemigo... Y sólo un tú. ¿A qué le temes? Abandona tus miedos. Mira hacia adelante. Avanza. No cedas ni un milímetro. ¡Retírate y envejecerás! ¡Ten miedo y morirás!
Incluso cuando fui lo suficientemente amable como para permitir que estuviese a tu merced y que mantuvieras el ritmo de la batalla por un minuto. ¿Ni siquiera planeas sacar provecho de eso? Porque solo pareciera que estuviésemos perdiendo el tiempo. Eso es tener sangre fría.
No tienes porque estar tan agitado. La verdad fue muy simple... Ya que, después de todo no existe algo que no sea capaz de cortar
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Su mano no se mueve, tampoco su cuerpo, de ninguna manera. ¿Como pudo tan solo un golpe hacer esto? ¿Voy a morir también en un golpe? Demasiada sangre, no, no quiero morir.
- Ulquiorra: Parece que ya se ha acabado para mí. Mátame. Si no lo haces, esta pelea no acabará nunca. Hazlo. - Ichigo: No... ¡¡YO NO QUERÍA GANAR DE ESTA FORMA!! - Ulquiorra: Hasta en el mismo final no haces lo que yo quiero... Parece ser que he empezado a sentir interés por ti y tus compañeros... ¿Me tienes miedo, mujer...? - Orihime: No tengo miedo, no te tengo miedo. - Ulquiorra: Ya veo. Ya veo, así que lo que está en la palma de tu mano... es un corazón.
Traté de ocultarme hasta el último momento para poder atacarte por sorpresa, pero por su puesto, sigues siendo capaz de esquivar bien.
Nell está desesperada por algo que sucede en Huecomundo, y yo estaba intentando escucharla seriamente.
He conocido la soledad de alguien que ha estado encerrado... ¡No te preocupes, Inoue! Estoy en camino...
No hay nada de inesperado al respecto. Y mírame a los maldición. Si vas a reírte para no hacerme sentir mal, por lo menos pon un poco de emoción en ello.