Las despedidas siempre son tristes, pero eso está bien, nadie puede escapar de la impermanencia de las cosas del mundo, una vez que consideres a la tristeza como algo natural, pues finalmente empezar a cambiar.
Esos que mueren cantando, esos que mueren robando, esos que mueren riendo, a pesar de que tan tontos luzcan, y aquellos que viven matando su corazón y endureciendo sus expresiones. Si yo estoy viviendo, matando mi corazón entonces yo ya estoy muerto. Esos que mueren cantando esos que mueren robando, ¿quién es el verdadero ganador?
Si realmente tienes gente que te importe, en tu corazón jamás morirán. No puedes culpar a otras personas siempre.
Si eres querido u odiado básicamente depende de tu actitud. Así que debería hacerme amigo de alguien que me quiera, en lugar de deprimirme por alguien que me odia.
No me importa quien me lo diga, yo soy quien quiero ser, y me gusta lo que me gusta. Porque esa soy yo, sin importar lo que nadie diga, seguiré siendo yo, a pesar de todo.
No importa que tan positivos tus pensamientos puedan ser, la cuestión se queda en que tú eres nada excepto un títere y tú no cambias las reglas.
Pero solo sintiendo un gran dolor la gente gana verdadera fuerza. No debes abandonar a tu gente, siempre tendrás esa verdadera fuerza, el espíritu de la gente nunca muere.
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Las personas culpan a los viejos por haber seguido las antiguas tradiciones y que ahora no tienen poder.
Cuando alguien se deja influenciar por todos, cuando dejan su verdadero ser, no pueden expresar sus verdaderos sentimientos, no piensan por sí mismos y solo saben meterse en problemas. Ellos son controlados por la situación del momento y por ambición de otro. Iniciar guerras con otros, esa es la ambición de muchos.
No me importa si quieres matar a todos los humanos. Pero el hecho de pensar de esa manera solo prueba que también eres solo un humano.
Si lo piensas, incluso personas viviendo felizmente juntos, aunque sea en la pobreza, se detendrían a odiar a algo que no conocen.