Frases de Tokyo Ghoul:re

Siempre tienes ese perfil tan fuerte... Te hace ver un poco triste.

"Perros callejeros" deben portarse como "Perro callejeros".

La vida es una serie de elecciones, si hubiera hecho esto o si no hubiera hecho eso. Si no hubiera elegido esto o eso, si no me hubiera rendido ahí, si no hubiera divagado en ese punto.... Puedes repensar las cosas por eones, o puedes solo recordarlas de momento, los resultados seguirán estando justo frente a tus ojos. No importa que tan mal se vean o que tan erróneos huelan, no tengo más opción que aceptarlos. Una decisión es suficiente para desviar el curso de todo, una vez estás descarriado, no hay vuelta atrás. Un día, cuando te canses de los torpes avances vas a susurrar "se supone que esto no debió ser así".

Si no puedes criar a un inspector que supere a Arima Kishou, tú debes convertirte en el que lo supere.

Los seres humanos a veces pueden cambiar mucho, en este desastroso mundo.

Durante la pelea contra serpiente, el estilo de lucha de Haise Sasaki, se pudieron percibir tres sentimientos distintos. "Reverencia", "envidia" y "miedo".

Soy realmente feliz viviendo de esta forma.

Solo es una cadena pequeña… Y aun así se siente muy pesada para mí.

Mientras más infinito se vea algo, menos forma mantiene, sin manera de saber si está ahí o no.

Yo no quiero volver, no quiero volver a esos días.

Los más fuertes son los que menos pierden.

¿Sabes por qué es hermosa la rosa? Porque se arranca antes de que se marchite.

Esta persona… ¿Es realmente solo un "Contenedor"? Incluso si está vacío… incuso si ni siquiera sabe quién soy… si es solo un recipiente si su alma está aquí… entonces yo… protegeré a esta persona.

No puedo decirte todas las veces en las que pensé qué tal si en ese entonces te hubiera detenido.

Si se vuelven la fuente de sus miedos, el miedo se irá.

Los pesares de la vida, no ser capaz de vivir como quieras. Placeres de la vida, ser capaz de morir como quieras. Yo merezco ser feliz...

Los sentimientos son los que te hacen fuerte de verdad.

- Cuando eras una paloma, solías venir por tu cuenta, algunas veces, ¿no? Te sentabas y abrías un libro, pero... solías mirarme a mí. Y yo reconocía esa mirada, era la misma mirada con la que mirabas a Rize.
- Haise... yo... era tan idiota.
- Entonces supongo que yo soy más idiota, por alegrarme de que me miraran así.

¿A quién se suponía que odiaba? ¿A quién se supone que debo odiar?