Frases de Shigatsu wa Kimi no Uso

La primavera de mi decimocuarto año... Yo... Estoy partiendo contigo.

Después de mucho dudar y sufrir, la respuesta a la que llegué es tan simple que dan ganas de reír.

Mírame, mírame, mírame, soy increíble y Kaori Miyazono es... AUN MÁS INCREÍBLE,

El primer signo de primavera.

¿Será porque hace frío? Tus palabras son cálidas. Te siento más cerca que nunca.

Mentiroso. Dijiste que estarías a mi lado. No sabes nada de mí. Mentiroso. Nunca me viste como una chica.

Descubriendo nuevos lados de mí. Enfrentando nuevos lados de mí. Esto es parte de enamorarse.

Es justo como tu dices. Si cierro mis oídos. Yo estoy sumergido de sonidos.

No vengas a decirme que solo viniste hasta aquí para enseñarme tu cara melancólica.

Cuando me di cuenta su imagen se repetía en las nubes rojizas y tras la cortina oscura de mis párpados. Una y otra vez, y otra vez… y otra vez…

Supongo que es como un hermano pequeño algo inútil.

¿Será por qué hace frío? Tus palabras son cálidas. Te siento más cerca que nunca. No me importa ser el sustituto de Watari. Ojalá pudiéramos estar así para siempre...

Aún estando triste, destrozado, en lo más hondo, ¡debes tocar! Así es como vivimos nosotros.

Yo tocaré con todas mis fuerzas. Para que los que me oigan no lo olviden. Para poder permanecer siempre en su corazón. Esa es mi razón de ser. Porque soy música, como tú.

Así es. Soy un músico, como tú. Por eso avanzaré.

Estoy bien al principio. Puedo oír todo, pero luego sale mal. Cuanto más me concentro, más mi rendimiento empieza a consumirme lentamente. Las notas se sacan por completo. Como pétalos atrapados en el viento de la primavera. Antes de que lo sepa... se fueron.

Existes en la primavera. Un florecimiento de vida diferente a todo lo que he conocido.

Hablas como si fueras el único que se ha atragantado. Todos estamos fingiendo, algunos de nosotros mejor que otros, pero pones tu música en el estrado y tocas de todos modos porque así es como haces la mentira más bella.

¡Deja que suene!

En el momento en que sus dedos tocaron las teclas, mi destino quedó decidido.