Yakumo no expresa sus sentimientos. Lleva todo el peso de momentos dolorosos o difíciles sobre sus hombros. Cuando lo veo, me duele también y siento como si quisiera ayudarme, aunque sea sólo un poco.
¿Vienes a sentarte acá porque piensas que no tiene sentido? ¿Quieres dejarlo todo a los demás? ¡No quiero esperar, yo nunca voy a depender de los demás! Nunca, jamás, podría renunciar... Hasta que pueda ver a Yakumo de nuevo. ¡Eres un triste perdedor!
Tal vez... si estoy aburrido hasta la muerte ese día o no tengo recados que hacer u otra cosa, podría pensarlo. Tal vez.
Incluso cuando se reían de ti y no eras considerado, podías establecer tus metas diciéndote "Puedo hacer esto".
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La gente nunca está sola. Todos están conectados por el hilo del destino. Hay alguien para ti, también. Una persona que considere tu ojo rojo muy bonito.
Poco después nos reunimos por primera vez. Me di cuenta de cómo él trataba de distanciarse de los demás. Pero, la motivación detrás de esa forma... era que no quería hacerles daño a otras personas.
Eres una mujer débil... Me temes como le temes a la muerte. Ni siquiera puedes mostrarte. Sólo observa desde allí.
- Haruka: ¿Acaso... es sorda? - Isshin: Pero tiene buena intuición. Incluso si no hablas, ella puede entender tus sentimientos.
- Yakumo: Por supuesto, ése es mi punto de vista. Pero estoy completamente seguro que esos espíritus son los sentimientos que quedan de aquellos quienes perdieron sus cuerpos. - Haruka: ¿Es por eso que pueden entenderse mutuamente? Pero, asumiendo que ellos no hubieran querido hablar, al final habríamos tenido que purgarlos. - Yakumo: Yo no acepto esos métodos. No apruebo que sellen sus almas despiadadamente... borrándolos e ignorando completamente sus voluntades.
Evitémonos las especulaciones y concentrémonos en los hechos. O de otra manera no podremos encontrar la verdad.
La vida es cruel. Cuando ya casi el tiempo de uno acaba... la verdad finalmente está a tu alcance. Lo importante no es el dinero, el estatus o la fama, sino el vivir fiel a uno mismo... para que así no existan arrepentimientos.