Siempre he creído que hay una gran diferencia entre matar y asesinar. Y supongo que he sido ambas cosas, pero así funciona. Todos hacemos lo necesario para sobrevivir. Y a veces no es agradable. Y al final, todos pagamos por nuestros actos.
Algunos árboles florecen, otros mueren. Algunas reses crecen fuertes, otras son devoradas por lobos. Algunos hombres nacen lo bastante ricos e idiotas para disfrutar de la vida. Nada es justo. Ya lo sabes.
Hace tiempo, creí que era posible cambiar algo. Los hombres que persigo también lo creyeron. Que derramando suficiente sangre, cambiaríamos la forma de pensar de la gente.
Yo ya tengo una vida. Bueno, la tenía, y ahora quiero recuperarla. O podría decirse que tenía dos y que ahora intento acabar con una para que la otra sobreviva.
-Monja: Señor, ¿podría donar un poco de limosna para los pobres? Así, un poco de luz entraría en sus vidas. -John Marston: Podría hacerlo, pero... ¿no se supone que es responsabilidad del Señor cuidar de su ganado, y no mía? -Monja: Sí, pero el Señor me ha llevado hasta usted, para que me ayude... Ya no saben qué hacer, y han dejado de lado su fe. Con unos pocos dólares, podrían tomar el buen camino y verían que la gente se preocupa por ellos. -John Marston: ¿Unos pocos dólares para devolverles la fe? No sabía que la vida fuera tan simple. Aquí tiene hermana. -Monja: Sí, la vida es más simple de lo que pensamos. Gracias, señor. Que Dios le bendiga.
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Escuche a su jefe, Jonah, sea buen chico. Si no, me veré obligado a meterle un tiro entre ceja y ceja en ese cerebro de paleto.
Pertenecí a una banda, me dispararon, me dieron por muerto, dejé la banda cuando me abandonaron, traté de reformarme, lo hice pero me metí en más líos.
Jack, hijo, haz el favor de comportarte. Abigail, cariño, cuida de él. Y por favor, dejad de dar bocados a la gente, volveré con ayuda
Bonnie: Todos queremos creer en algo, unos lo hacen en los libros. Otros, en las botellas de whisky John: Ningún plan divino me va a devolver a mi mujer y a mi hijo. Somos nuestro pasado, señorita, y no hay modo de cambiar eso. La fé es un lujo que no podemos permitirnos
Bonnie: A veces pienso que alguien me tiene manía ahí arriba. ¿Es usted religioso? John: La verdad es que no. A veces pienso que todo sucede por algo, por ejemplo creo que fue el destino el que me trajo hasta aquí. Aunque yo trazo mi camino.
John: Mi padre murió a los 8 años, tenía los ojos... bueno, se quedó ciego en una pelea en un bar. Mi madre murió en el parto, era prostituta y mi padre era su... en fin, no quiero saber lo que era. Acabé en un orfanato y cuando pude escapé y acabé en una banda El líder de la banda me enseñó a leer y ver lo bueno del mundo, era un gran tipo a su manera. Bonnie: ¿Mataba usted a gente? John: Claro, y sufrí por ello. Esa es la vida que dejé, o intenté dejar... he hablado demasiado, señorita. Ahora soy un iletrado que hace lo único que sabe hacer, matar a gente. Todo para reducir el crimen de la zona, y que un rico salga elegido gobernador por las promesas cumplidas