En cierto momento me di cuenta de que no tenía nada. Me separé de mi familia, traicioné a mis compañeros e incluso maté a mi maestro. Hice llorar a una amiga de la infancia y la perdí, le dí la espalda a los que me apoyaban. Y por si fuera poco, me despojé de mí mismo. Pero en los bolsillos que creía vacíos quedaba una promesa: "quiero volver a verte". Para cumplir una promesa que no recordaba pero no había olvidado... lo reescribiré.
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