Mientras daba la cara a la muerte no había ni miedo ni tristeza reflejada en los ojos de ese hombre. Lo que estaba reflejado en ellos era alguien que aun si tenía que pisotear el cuerpo de su maestro trataría de proteger esa esperanza, la Shouka Sonjuku, alguien que intentaría proteger esa alma.
Publicada por
La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.