No lo sé. No sé porque me salen las lágrimas. No sé porque no puedo matarte. No sé porque tengo que matarlos. Hace tiempo un hombre me dijo que todo el mundo es débil cuando nace, pero que también somos libres y podemos resistirnos y sufrir porque intentamos cambiar. Quizás sea por eso. Porque tú te resistías con todas tus fuerzas. Yo también debería hacerlo. No tengo derecho a matarte. Solo tengo derecho a que me mates.
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