Pensaba que era fuerte. Me fijaba en los que eran débiles y los sometía, así estaba seguro de que ganaría. Pero en este Instituto, eso no servía. Esa gente a la que molestaba, al crecer se convertirían en los jefes de las balas perdidas como yo. Al final sólo usaba un tonto plan para creer que era importante.

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