Durante estos tiempos difíciles, lo que me ayudó a salir adelante, fuiste tú.
Te lo dije mientras filmábamos el otro día, ¿recuerdas? El color de mi amuleto de la buena suerte es igual al de tus ojos. Cada vez que mi corazón estaba a punto de romperse, miraba ese amuleto de la buena suerte, y recordaba tu sonrisa luminosa y los días brillantes que la rodeaban... así encontraba la fortaleza para seguir dando lo mejor de mi. Aunque, cuando finalmente nos volvimos a encontrar y te confesé mi amor, resultaste ser un chico... Sin embargo, incluso después de descubrir que eras un chico, no podía sacarte de mi cabeza. Cometía un montón de errores en el trabajo... así que, ese día, quise verte y reafirmarme a mi mismo que eras un chico, para que así con suerte mis sentimientos por ti desaparecieran. Supuse que todo sería borrón y cuenta nueva una vez que mi cerebro comprendiese que eras un chico, pero, como lo sabes, lo que terminó sucediendo fue algo horrible... Realmente lamento mucho lo sucedido.
Sin embargo, a raíz de eso, tuve que enfrentarme a la verdad. Los sentimientos que he mantenido por ti estos diez años no cambiarán sólo porque eres un chico... aunque seas un chico, ¡te amo, Izumi!

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