Colección - Shigatsu wa kimi no uso

En cuanto la conocí, mi vida cambio. Lo que veía, lo que escuchaba, lo que sentía... Todo empezó a cobrar color.

Perdona por no poder acabarme los canelés. Perdona por pegarte tanto. Perdona por ser caprichosa. Perdóname por muchas cosas. Gracias.

Es como una montaña rusa. Llora. Se ríe. Me manipula como quiere. Solo con estar ahí, hace que el mundo que veía en blanco y negro sea colorido. Es resplandeciente... y muy fuerte.

La razón por la que las cicatrices no se curan cuando intentas olvidar, es porque tratando de olvidarlas tienes que recordar.

Me gustan las personas quienes se entregan con el corazón completo a una sola persona.

Las personas demasiado amables siempre salen perdiendo.

Eres justo como un gato. Se acerca sin hacer ningún ruido. Ella es impredecible y siempre esta jugando. Me tomas por sorpresa siempre yendo a tu ritmo.

Eres como un gato. Si me acerco, te alejas. Si estoy herido, te acercas, como si quisieras compartir el dolor. Por eso eres tan importante.

Es sencilla y atrevida. No para de hacer que dé vueltas, como una montaña rusa. Ella misma parece ser un viaje sin destino fijo. Eres la personificación de la libertad.

No se parecen. Ella se reía de golpe, se ponía histérica por cualquier cosa, lloraba de repente, a veces era muy amable, otras se rendía... Esa era la persona que estaba a mi lado. No se parece a ella. No se parecen. Es mentira.

Un día de abril, conocí a una violinista extraña. Es insolente y egocéntrica, pero la sonrisa que le muestra a la persona que quiere parece la de un ángel.
En el escenario al que me arrastró a patadas y golpes... En el escenario al que estaba acostumbrado a subir había un paisaje que desconocía. Me gustaría experimentar ese paisaje otra vez. Por eso pensé... que quiero convertirme en un pianista extraño.