Colección - Free!

A los diez años te llaman prodigio, a los quince genio y a los veinte una persona ordinaria.

Cuando era pequeño y ahora, fue gracias a que tenía amigos que me salvaron y me apoyaron que pude llegar tan lejos. Soy yo porque tengo amigos.

Está bien. Nadie sabe qué hacer al principio.

Claro que mi sueño es importante. Pero poder nadar con mis amigos es lo que me da fuerzas.

El cielo está despejado porque el viento sopla.

¡¿Qué diablos es un sueño?! ¡¿Qué diablos es el futuro?!

Pero entonces, Rin me llevo con él y me mostró muchas cosas diferentes. Comprendí lo grande que es el mundo. Y entonces, lo encontré... Quiero... Nadar en ese mundo. Quiero seguir nadando.

El agua está viva. Incluso cuando la superficie del agua se extiende en silencio, cuando ni siquiera las ondas débiles pueden verse, sólo contiene la respiración, como si estuviera esperando a su presa. Y, si entras en ella, provocando simplemente una leve salpicadura, en ese mismo instante ella sacará sus colmillos y te atacará. Se envolverá alrededor de tu cuerpo, tratando de robar la libertad de tus extremidades. Cuanto más se lucha, más fuerte y persistente se vuelve, y en poco tiempo, todas tus fuerzas se agotarán. Sin embargo, si no luchas contra ella, el agua estará en calma. A partir de ahí, clavas las puntas de tus dedos en la superficie y creas una grieta, entonces, haces que tu cuerpo se deslice por esa grieta: los brazos, la cabeza, el pecho... No rechaces el agua, acéptala. No niegues el agua, reconoce su existencia. Lo importante es sentir el agua; con tu piel, tus ojos, tu alma... Sin dudar nunca de cómo te hace sentir. Cree en ti mismo.

¡No puedes encontrar un sueño sólo buscándolo!

Nademos juntos. Si llegas a nadar conmigo... Te mostraré una vista que nunca antes hayas visto.

Yo solo nado al estilo libre.

No te resistas al agua, acepta su presencia.