La muerte siempre es terrible ya sea viejo o joven, bueno o malo la muerte es la misma para todos. No hay muertes especialmente terribles. Es por eso que la muerte es tan terrible. Comportamiento, edad, o personalidad. La riqueza y la belleza solo tienen sentido cuando se está vivo. Toda muerte es terrible porque nos quita todo.
Para enfrentar a esas personas que parecen no tener emociones, debes matar las tuyas, combate fuego con fuego
Nadie sabe cuando va a morir, ni tu ni yo podríamos ser capaces de vivir tanto tiempo, pero ninguna vida vale tan poco como para rendirse y pensar "no me importa cuando me muera".
Si solo corremos, las cosas nunca van a mejorar... No escaparemos, prefiero arrepentirme de haberme quedado que de haber escapado.
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Entonces, soy una mala persona. Lo único que hacía era no morir de hambre, ¿así que no debí de hacerlo? ¿Soy una mala persona porque no muero de hambre? No es que me convirtiera en esta criatura porque quisiera... Esto es a lo que se refieren, ser abandonado por Dios.
Algunos temen al pecado de pensar en matar a otras personas, otros temen ser castigados por matar a otras personas, pero una vez que se dan cuenta que no serán castigados por matar a las personas se acostumbran al pecado de inmediato, el pecado de pensar que las personas son comida.
No somos herramientas para hacer lo mismo que nuestras familias, tenemos el derecho de vivir libremente.
Esta es la vedad del mundo, el mundo pacifico que solo necesita el orden y las personas ordenadas, ellos rechazan la existencia de aquellos que se oponen a su orden, a falta de fuerza para aceptarlos, soportando sus fauces, los expulsan, solo gracias a eso son capaces de mantener su débil fachada, que mundo tan frágil.
Dios nunca dice nada, el silencio de Dios no tiene nada que ver con la vida o la muerte, eso no es todo, cuando te quedas aislado del mundo, eres excluida de la jurisdicción de Dios al mismo tiempo, nada te protege, ni siquiera puedes ser acusada o castigada de cometer pecados, pero aun así continuas viviendo sin poder abandonar tu creencia y unión a Dios.