Frases de Gintama

Es un samurái de chiste, en lugar de usar la espada para defenderse se convierte en la vaina que protege al arma. Que interesante eres Gintoki.

Aunque hayas olvidado, todo tu cuerpo aún lo recuerda. Recuerda que alguna vez tuviste a alguien muy importante por quien derramaste lágrimas, es solo que tus camaradas no te reconocen por tu nueva apariencia. Si recuerdas y haces conocer tu nombre, estoy seguro que vendrán corriendo.

¿No te has dado cuenta que soy yo quien acepto tu sangre? He sacrificado mi cuerpo por tu resurrección.

Un líder es como una nave voladora. Por sí sola, ni siquiera se puede mover, pero con gente en su interior es capaz de viajar e ir a lugares donde todos quieren ir.

Ella ya es toda una mujer, es idéntica a su madre. Pude ver aquella hermosa cara una vez más, eso me basta.

Mientras esté vivo, viviré bajo mis propias reglas. Viviré como crea conveniente y protegeré a todo lo que quiera.

Solo las mujeres estúpidas se enamoran de los chicos malos.

Trate de dar pelea por todos los medios pero al final parece que no puedo cambiar absolutamente nada.

¿Crees que un imbécil como tu haría llorar a una mujer? Soy el único que esta llorando aquí.

Guardaré el secreto aunque me cueste la vida. Lo mantendré en secreto aunque me cueste mi reputación. Y para más remate, si mueres, todo se irá a la tumba contigo.

Hay ocasiones en que un hombre no tiene mas opción que beber.

Tengo mi propio modo de aferrarme a mis ideales.

Incluso si eres un personaje principal, aún así puedes morir. Será mejor que tenga cuidado.

El único modo de sobrevivir aquí es morir.

Levántate, si mueres en un lugar así nunca te lo perdonaré. Lo prometimos, ¿no es así? Prometimos que yo seria la única que te mataría.

Deja de hacerte el duro cuando solo eres un perdedor que busca dinero en todas partes.

Sea un líder tonto o un líder sabio, una vez que un hombre se ha echado a la espalda un país entero, no puede morir tan fácilmente.

No tienen que gritar tan alto, ya los escuche, siempre lo he hecho.

Vivir sin inclinarse... Eso es algo que diría un niño pequeño. Aunque, ahora que lo pienso, mi madre siempre decía... "Tienes la espalda encorvada. Enderézate"

Mis brazos, que pueden atacar muy bien a las personas, no son capaces de abrazar a mi único hijo.